Un incómodo silencio reina en la habitación del hospital.
Dos pequeños lloraban abrazados a sus padres, sin embargo estos no sabía quiénes eran, ni eran capaces de asimilar que esa niña y ese niño eran eso, sus hijos.
Bakugou es el primero en apartarse de la calidez que le atraviesa la camiseta mojada por las lágrimas de la niña que alza sus brazos buscando su refugio alejándose de ella. Al verse reflejada en una mirada que no conoce, corre hacia los brazos de una de sus abuelas. Su hermano imita los movimientos de su hermana al no ser correspondido ni sentir el amor de aquel cuerpo que estaba abrazando.
Ni Midoriya ni Bakugou son capaces de cruzar miradas. Están estupefactos. Incrédulos. Flipando. Huelen el olor del otro y del suyo mismo en ambos chiquillos. Bakugou traga una arcada dándole la espalda mientras que el cerebro de Midoriya parece haber dejado de funcionar.
-¿N-nos han olvidado porque ya no nos quieren, abuela?- llora desconsolada la niña acunada por la madre de Bakugou - ¿Se han olvidado de nosotros porque solo queríamos pasar más tiempo con ellos? – a su llanto se suma el de su hermano pequeño – Solo queríamos que asintieran al evento del cole, como el resto de padres.
-N-no os pediremos nada más... - continúa el niño.
-Sabemos que su trabajo como héroes es difícil y que cuidan a los demás de los malos pero ¿Quién cuidará de nosotros ahora si nos han olvidado?
-L-lo siento...- repite el niño sin cesar siendo abrazado por el enorme amor de la madre de Midoriya.
El inspector de policía les pide a las abuelas salir con los niños. Aizawa también lo cree mejor así, e incluso que cuiden de ellos hasta que Midoriya y Bakugou estén recuperados. Nadie dice nada más, y los pequeños lanzan una última mirada desesperada a sus padres de no querer ser alejados.
-¡¡Esperad!!
Gritan a la vez Midoriya y Bakugou. Esta vez sí hacen contacto visual y ambos lucen pálidos, enfermizos, y también desesperados y aterrados. Sienten su cuerpo extraño, una fuerte punzada en sus respectivos pechos, un malestar que crece cada vez que les escuchan llorar.
-¿Có-Cómo os llamáis?
Pregunta Midoriya con curiosidad poniéndose a la altura de los niños que siguen ocultos tras sus abuelas.
-Mahoro Bakugou.- responde la niña tímidamente limpiándose las lágrimas.
-Katsuma Bakugou.- le sigue su hermano con la nariz roja.
"Bakugou¿Eh?"Piensa el peliverde. "¿Entonces yo también acabé tomando tu apellido...?" Se pregunta mirando de reojo al que siempre será su rival. Bakugou tiene la mirada clavada en los niños. Gotas de sudor le resbalan por su descolorido rostro mientras su labio inferior le tiembla.
-Es...imposible...- murmura Bakugou – Esto tiene que ser un engaño, el quirk de otro villano.
-No es ningún engaño, Katsuki.- le habla con calma su madre.
-Pero nosotros nos odiamos. ¡Aborrezco a los omegas! ¡A los alfas! ¡Odio lo que conlleva ser uno de ellos! Es imposible que Deku y yo tengamos- aprieta la mandíbula ante el temor en la mirada de los niños – Nosotros...
-Bakugou, es normal que te cueste procesarlo. Ya nos costó a los demás en su día cuando nos dijisteis que os habíais casado en secreto.
-¿¿Eeeeeeeh??
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Tangled Time (Finalizada)
FanfictionMidoriya y Bakugou son enviados al futuro debido al quirk de un villano. No obstante, no despiertan en sus cuerpos adolescentes sino como si fueran adultos dando a lugar a que sus respectivos yos adultos viajen al pasado. La historia estará...