Capítulo 3

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Midoriya y Bakugou han caído rendidos en el sofá. Están totalmente exhaustos. No logran entender como sus respectivos y supuestos yo futuro pueden hacer ese trabajo todos los días. El trabajo como héroe profesional es agotador pero ser padre y llevar una casa lo es el TRIPLE.

Menos mal que Mahoro y Katsuma son dos niños que ayudan en todo momento, si llegan a ser de otra forma habrían acabado con el número uno y el dos en un suspiro.

-Mahoro y Katsuma son dos niños realmente buenos... - murmura Midoriya con todo el cuerpo agarrotado – Incluso nos han ayudado con la cena y el almuerzo para mañana llevarlo al colegio.

-Esos mocosos están bien educados.

-Hemos hecho un buen trabajo.- sonríen a la par con sendas sonrisas orgullosas para un segundo después borrarlas y desviar la mirada – Qui-quiero decir, noso-nosotros no hemos hecho tal trabajo – balbucea Midoriya cada vez más nervioso – Lo que tra-trato de decir es-

-Te has dado cuenta ¿Verdad? – la intensa mirada de Bakugou se le clava como clavos ardiendo en lava – El olor de esos niños – Midoriya baja la cabeza – Ambos son betas.

Éste asiente.

Claro que se había dado cuenta. Desde el primer momento en el que los conoció lo supo. Tras el intenso y agradable aroma mezclado de Bakugou y el suyo propio se escondía algo esperanzador y terrorífico.

-Espero que no sufran acoso por ser betas siendo sus padres quienes son.

-Tsk, ya me encargaré yo de que Mahoro le de una paliza a cualquiera que intente burlarse de ella o de su hermano.

-¡No Kacchan! ¡La violencia no es la solución!

-¿Y cuál es entonces? ¿Dejar que los humillen? ¿Qué le hagan bullying? ¿Qué sufran en sus propias carnes lo que tú sufriste por mí? – Midoriya mira a Bakugou asombrado. Tanto dolor, tanto arrepentimiento, tanto sufrimiento... ¿Todo eso piensa y siente realmente o simplemente es por estar en otro cuerpo donde sus sentimientos y pensamientos son polos opuestos al suyo propio? Quiere preguntar pero teme por la respuesta – Solo digo que esos dos mocosos tienen que estar listos para defenderse. Ya de por si sus dones no son tan fuertes como-

-Lo sabía.

-¿Eh?

El semblante de Midoriya ha cambiado. La temperatura empieza a caer varios grados. El cuerpo de Bakugou da una sacudida. El peliverde está expulsando feromonas bastante agresivas ahogándole.

-Odias sus quirks.

-Yo no he dicho eso, solo que-

-Ja... Siempre he tenido la duda de qué harías si tuvieras un hijo sin quirk. Ahora me queda claro.

Las feromonas empiezan a ser cada vez más asfixiantes pero a las de Midoriya se suman las del dominante alfa cuyo enfado empieza a ser desproporcionado. El peliverde empieza a perder fuerza, perseverancia. Las feromonas de Bakugou son muy distintas a las de cualquier alfa que haya conocido y estando en un cuerpo donde ama a dicho alfa no le ayuda en nada a frenarlas.

-Dilo.- el rostro de Bakugou está cada vez más cerca del de Midoriya quien inclina el cuerpo hacia atrás. No puede escapar de la trampa donde está sentado llamado sofá – Dilo, maldito Deku. Di lo que estás pensando.

Traga saliva.

Las feromonas son cada vez más intensas e incluso el suave aroma de Bakugou que tan calmado lo ha tenido el día de hoy sorprendiéndole ahora el olor a pólvora le hace temblar pero no de miedo sino de decepción. Siente la decepción emanar del cuerpo de Bakugou ante sus pensamientos. Unos pensamientos que obviamente su yo futuro jamás tendría hacia la persona que ama pero él no ama a Bakugou en su tiempo, ni el Bakugou de su línea temporal le ama a él. Simplemente se están dejando llevar por la situación. Eso es lo que nuestro peliverde quiere creer...

Tangled Time (Finalizada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora