Capítulo 5

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Es la primera vez que Bakugou ve a un omega en ciclo.

Y lo peor, es que se trata de un omega adulto.

Nada más aterrizar y abrir la puerta del jardín las feromonas de Midoriya reinan el lugar. Con paso torpe, con la garganta seca, el corazón desorbitado, logra subir las escaleras murmurando rabioso que iba a alertar a todos los malditos alfas del barrio.

De repente, la sed se intensifica. El cuerpo no responde a las órdenes de su cerebro. Sus pupilas se han dilatado. Ha caído. Está perdido. Se acaba de convertir en el siervo del omega cuya ardiente y eléctrica mirada se ensancha al mismo tiempo que la lujuriosa sonrisa saliendo de entre la ropa de aquel cuyo olor necesitaba con urgencia.

Bakugou traga saliva. La imagen que tiene delante no logra entenderla. Está aturdido. Despistado. ¿Cómo el ver a alguien meterse un vibrador por el trasero puede resultar tan jodidamente sexy?

-¿Dónde estabas, Kacchan?

Éste tiembla al escuchar su voz.

Es delicada. Tenue. Pero si rebuscas encontrarás una bestia al otro lado. Bestia que Bakugou no logra controlar siendo empujado sobre la cama con ésta subida a horcajadas. Ésta petrificado.

-¿Qué ocurre, Dynamight? – aprieta la mandíbula. Que utilice su nombre de héroe utilizando un toque tan sensual le provoca una enorme presión ahí abajo - ¿No quieres jugar? – toma la mano de Bakugou. Sus dedos acarician el torso del omega arrancándole un gustoso gemido. El alfa sigue en shock. Ese no es el Midoriya que él conoce – Kacchan~~ - canturrea - ¿Cuánto más piensas hacerme esperar? – ni siquiera ha notado desabrocharle los pantalones ni tampoco el estar tan duro y mojado – Lo haré yo – levanta sus caderas buscando su agujero – Tengamos un bebé, Kacchan. Quiero tener otro hijo contigo. Uno que tenga el poderosos quirk del gran Dynamight.

Bakugou cierra los ojos y le empuja a un lado evitando penetrarle. Si hubiera entrado no habría sido capaz de parar.

-¿Quieres meterla tú? Adelante, soy todo tuyo. Siempre he sido solo tuyo, Kacchan.

Le susurra al oído para terminar depositando un beso en la ardiente mejilla del alfa.

-Me lo estás poniendo muy difícil, Deku.

-Tsk Tsk.- chista negativamente – Ese nombre está prohibido en este lugar ¿recuerdas? – Bakugou acaba de quedarse sin aire – Llámame por mi nombre, Kacchan. Te lo ruego – le suplica caldeante, cachondo – Llámame Izuki cada vez que me embistas dejándome sin respiración. Por favor – las manos de Midoriya buscan el miembro. No aguanta más – Fóllame hasta quedarme seco, Katsuki.

Bakugou sonríe triunfante. Nunca hubiera imaginado lo satisfactorio que sería escuchar su nombre en los labios del omega más odiado por él.

-Como desees, Izuku.

Se estremece bajo el cuerpo de Bakugou dejando escapar un poco de espeso líquido. Si vuelve a llamarle por su nombre se correrá.

Bakugou se inclina hacia abajo buscando los labios de Midoriya que toma con delicadeza mientras con la mano izquierda le tapa los ojos susurrándole que no piensa detenerse si duele cuando grita de dolor al notar un fortísimo pinchazo en el muslo. Acaba de suministrarle inhibidores. Midoriya se retuerce bajo su cuerpo pero Baugou no le deja zafarse, y vuelve a besarle hasta que el dolor empieza a remitir cayendo en las garras de la oscuridad.

****
Cuando Midoriya despierta no lo hace de golpe sino muy, muy lentamente. Los párpados le pesan como si sus largas pestañas llevasen horas haciendo pesas. Al igual que su cuerpo. Lo nota muy pesado pero volátil y ligero al mismo tiempo, como también un cándido, tranquilizador y amoroso abrazo que lo sostiene para no dejarle caer transfiriéndole toda la seguridad que necesita.

Tangled Time (Finalizada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora