1. Primer día de clases.

471 45 12
                                    

Abril, 2001

No había dormido muy bien la noche anterior, sumando el Jet lag*, la ansiedad golpeaba mi cabeza, no sabía que podría pasar, estaba muy nerviosa, pensar en presentarme con desconocidos me hizo extrañar mucho a mis amigos, sabía que entablar nuevas amistades era un desafío, sobre todo aquí, donde los locales son reacios con los extranjeros, así que no sabía cómo reaccionar, mi pulso comenzó a acelerarse.

Como soy muy fan del Skincare «En serio, Japón es el paraíso para esto también», decidí despertarme temprano, no uso maquillaje pero me gusta arreglar mis pestañas, mis uñas bien lindas de color purpura y mis labios con bálsamos que saben rico, Respire hondo, me puse mi uniforme, rocié mi loción de vainilla coco que tanto me encanta, y ¡listísima!

La noche anterior, compramos ingredientes para mis almuerzos, así que hice unas Quesadillas, también preparé chirimol (pico de gallo) para acompañar, y un poco de horchata

Yuno San me sirvió el desayuno, aunque era muy simple: Dos onigiris, un huevo y té verde.

En serio quede con algo de hambre «aquí si voy a rebajar».

Agarre mi mochila, le enganche mi Tamagotchi, mi Pokewalker* y otros llaveros, agarré mi Walkman, y un disco de Pink Floyd para ir escuchando en lo que caminaba y así distraer un poco mis pensamientos.

Comencé a caminar a donde me habían indicado, y entre más avanzaba, más y más estudiantes se miraban en la calle.

« ¡Igh! Una heladería, mi salvación»  Siendo honestos, le faltaba mucho sabor a la comida... ya estaba decidido, ¡debía ir ahí! 

Tres tipos altos custodiaban la entrada, uno se veía molesto y hacia berrinche, como la música sonaba a todo volumen no les di importancia, esquivándolos me dirigí a la puerta y para mi desgracia estaba cerrado. Cuando de repente sentí una mano en el hombro asustándome mucho, me quite los audífonos los cuales sonaban tan fuerte que se podía escuchar lo que iba oyendo, y una voz gruñona me irrumpió:

— ¡Oi amiga, está cerrado! No abren hasta dentro de 15 minutos —el chico de ojos saltones señaló la puerta, volteando la mirada casi me meo encima, eran los pandilleros que había visto aquella vez — ¡Aja!, eres nueva aquí ¿verdad? Nunca te había visto, es más, no pareces asiática, ¿quién eres? ¡Cuéntameeeeee! —el chico estaba emocionado invadiéndome con preguntas.
—Okuyasu, no seas imprudente —lo reprendió una voz hipnótica, mientras el otro tipo de cabello largo y rubio solo me observaba inerte e inexpresivo.
— ¡Oh no!, en serio lo siento mucho —haciendo una reverencia —No era mi intención molestarte, solo me llena la curiosidad, es que nunca te había visto por aquí.

La música seguía sonando, el tipo del pelo raro se limitaba a verme fríamente, como si tratara de descubrir algo.

— Descuida, acabo de mudarme hace unos días, estoy de intercambio — le respondí calmadamente mientras arreglaba el cuello de mi camisa.

— ¡BRAVO!, hace tiempo que no venía nadie de intercambio, me hace tanta ilusión —al chico le brillaban los ojos —No acostumbran a venir aquí los extranjeros, caras nuevas siempre caen bien, adivino, ¿también te gusta pasar por un helado antes de clase?

—Sí, quede con un poco de hambre y nada complementa mejor que un postre —comencé a  sonreírle un poco.

Los otros 2 solo me miraban y eso me ponía tensa.

— ¡Qué dices! También nos encanta hacer eso, tranquila, ya abrirán —El muy abusivo posó su brazo en mis hombros —Es nuestra tradición favorita, todos los lunes antes de clase venimos súper temprano para que estos gilipollas no nos ganen los mejores sabores, amo la vainilla pero odio con todo mi ser que sea el primero en acabarse —gruñó poniendo un puchero de tristeza, lo cual me causo mucha ternura.

𝘒𝘦𝘦𝘱 𝘰𝘯 𝘴𝘩𝘪𝘯𝘪𝘯𝘨, 𝘙𝘰𝘶𝘨𝘩 𝘋𝘪𝘢𝘮𝘰𝘯𝘥 [JosukexReader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora