9. Los señores Joestar [Parte 2]

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Después de terminada la fiesta, Jotaro pidió un taxi para llevar a Josuke al Hotel, así que Okuyasu y yo decidimos acompañarle.

– Debes conocer al viejo, te caerá bien –expresó relajado cerrando sus ojitos.

Me preguntaba, ¿por qué nunca lo llamaba papá? Al parecer no había llegado a la celebración porque su madre seguía muy enamorada de él, así que, para evitar problemas cada vez que iba a verlo era en el hotel o se reunían en Tokio, en la casa de su...

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Me preguntaba, ¿por qué nunca lo llamaba papá? Al parecer no había llegado a la celebración porque su madre seguía muy enamorada de él, así que, para evitar problemas cada vez que iba a verlo era en el hotel o se reunían en Tokio, en la casa de su hermana Holly, la madre de Jotaro.

Cuando llegamos, aquel anciano lo esperaba ansioso por abrazarle con un brillo en sus ojos cansados, ver la forma en que se saludaban demostraba el inmenso amor que el anciano sentía hacia su hijo.

– ¡Buenas tardes señor Joestar! –saludó Okuyasu agitando su mano con una amplia sonrisa.

– ¡Ho- Hola Carlos! –le respondió dulcemente, yo sólo quería reírme por la tierna forma de actuar del señor Joestar– ¿Quién es esta linda jovencita? –preguntó mientras tomaba mi mano – ¿Acaso es tu novia Josuke?

– Sí, al parecer es su novia –Respondió Jotaro de una forma estoica.

Ya no podía seguir soportando tantas emociones en un día...

– No, no somos pareja –respondí apenada.

– Pero ya casi –Empezó a reírse Okuyasu.

Josuke estaba nervioso y sin hablar, se notaba que deseaba cambiar el tema.

– ¡Lo que pasa es que eres un lento Josuke! 

– ¡Cállate Yiyi!, no eres el indicado para dar consejos de amor –lo regañó Jotaro propinándole una mirada asesina que hasta a mi me dio miedo.

–  Yare Yare Daze... Venimos aquí para llevarte de viaje a Tokio, tu hermana Holly muere por verte, Shisuka está con ella esperándote.

– ¿Es en serio? Pe- pero yo no tengo listo nada, y mi madre no me dará permiso, esto es muy repentino.

– Descuida, ya hablé con ella y ¡agh! –suspiró –Accedió... dame un respiro

– ¡Great Daze! Entonces debo regresar rápido a casa a preparar mis cosas –Josuke parecía un Pikachu de tanta energía que emanaba, estaba súper feliz.

– No es necesario, comprarás lo que necesites en Tokio, volveremos en una semana.

A Josuke se le salían las lágrimas, ya sabíamos que era un comprador compulsivo y que su papá aflojaba la cartera con él compensándole todas las mesadas que no le dio en 16 años.

– Antes de irte, tengo un obsequio que darte –interrumpió el señor Joestar, sacó una cajita pequeña y comenzó a relatarnos la historia de la familia Joestar, desde el abuelo Jonathan, su madre Lisa Lisa, su amigo Caesar, y algo llamado Hamon, creo...

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– Antes de irte, tengo un obsequio que darte –interrumpió el señor Joestar, sacó una cajita pequeña y comenzó a relatarnos la historia de la familia Joestar, desde el abuelo Jonathan, su madre Lisa Lisa, su amigo Caesar, y algo llamado Hamon, creo que este hombre fue un monje cuando era joven, lo poco que entendí fue que era una especie de poder místico, hasta mencionó máscaras y unos dioses.

«Uf, la demencia senil»

– Ya sabía todo eso señor Joestar, ¿a qué viene que lo vuelva a contar? –preguntó Josuke con carita de niño impaciente.

– En esta caja hay algo que tu abuela Lisa Lisa protegió, y yo también, esta vez te protegerá a ti, en el mundo hay muchos peligros más allá de los Stands y debes tenerlo presente, ¡eres mi hijo y te amo!, y donde quiera que tu estés, estaré protegiéndote.

« ¿STANDS? ¡ESO ES NUEVO!, no debo tomarme a la ligera esta información entonces, aquí puede estar la clave de los misterios que rodean a esta gente» me propuse a sacar todos los datos posibles, pero en mi cabeza estaba la duda de creerme los disparates que estaba escuchando o ignorarlos.

El anciano abrió la caja, era una especie de amuleto, una piedra roja, tomó las manos de su hijo y la deposito en ellas.

– Cuando yo muera, tú y Jotaro protegerán a la familia Joestar.

Parecía que Josuke no entendía, y si él no lo hacía, menos lo haría yo, todo esto era territorio desconocido para mí, pero comenzaba a creerle al señor Joestar, se notaba en sus expresiones y en su mirada que le estaba encomendando algo grande a s...

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Parecía que Josuke no entendía, y si él no lo hacía, menos lo haría yo, todo esto era territorio desconocido para mí, pero comenzaba a creerle al señor Joestar, se notaba en sus expresiones y en su mirada que le estaba encomendando algo grande a su hijo y nieto, más cuando menciono que habían ¿peligros?

– Espero el día que puedas decirme...

– Gracias Papá –Josuke lo interrumpió y lo abrazó fuertemente.

«Muero un poquito, es tan tierno.»

– Josuke, nos iremos en una hora, pasaremos por ti a tu casa –gimoteo Jotaro con una sonrisa torcida, sabía que aquel momento lo conmovió hasta a él.

– ¡Ustedes también pueden ir! –Joseph era muy amable en invitarnos, Okuyasu aceptó sin pensarlos dos veces, pero yo sabía que no podía ir por las clases, y porque era imposible que los señores Shirogane me dieran permiso para eso.

– ¡NOS VAMOS A TOKIO! –gritaban emocionados ambos amigos, inseparables...

– ¡NOS VAMOS A TOKIO! –gritaban emocionados ambos amigos, inseparables

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Y así fue, los chicos se fueron en la tarde, y me quedé sola. 

***

[Mientras tanto, afuera en la calle]

Debo encontrar al mocoso del ancla y el símbolo de paz, si no me equivoco también tiene un Corazón en su ropa, ¿cómo me dijo ese viejo que se llamaba? ¿Josefumi? No, no es ese...

¡Ah si! Josuke Higashikata...

𝘒𝘦𝘦𝘱 𝘰𝘯 𝘴𝘩𝘪𝘯𝘪𝘯𝘨, 𝘙𝘰𝘶𝘨𝘩 𝘋𝘪𝘢𝘮𝘰𝘯𝘥 [JosukexReader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora