2 - Aliado.

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Cuando el hombre de extraña vestimenta lo llevó prácticamente a la fuerza a una taberna de mala muerte en un lugar desconocido, sintió cómo la incertidumbre y el temor se apoderaban de él

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Cuando el hombre de extraña vestimenta lo llevó prácticamente a la fuerza a una taberna de mala muerte en un lugar desconocido, sintió cómo la incertidumbre y el temor se apoderaban de él. La atmósfera extraña y poco acogedora del lugar aumentaba su ansiedad, sin saber dónde estaba ni quién era el hombre que lo había llevado hasta allí. La situación se volvía más inquietante con cada mirada lasciva que recibía de las mujeres e incluso de algunos hombres presentes en la taberna, preocupándose por su integridad física y, de manera inusual para él, también por su virginidad.

Sentados en una mesa apartada del lugar, elevó la vista y se encontró con la mirada fija del hombre frente a él. Tragó saliva, sintiendo los nervios a flor de piel, agradeciendo en silencio haber tenido la idea que estaba a punto de poner en práctica.

Decidió entonces usar la legilimancia en el hombre frente a él. Al principio le costó acceder a la mente del otro rubio, pero con determinación logró traspasar sus defensas mentales. Lo que vio en su mente lo dejó atónito.

Descubrió que se encontraba en otro mundo, en otra época, inmerso en una guerra. A pesar de la extrañeza de la situación, la idea de estar rodeado de dragones, criaturas que siempre había admirado y de las cuales tenía uno propio en su mundo, despertó su curiosidad y fascinación. Lo más impactante fue darse cuenta de que el hombre frente a él lo consideraba su hijo bastardo, algo que lo dejó perplejo y, en cierto modo, ofendido.

A pesar de la extrañeza de la situación, decidió idear un plan. Se haría pasar por el hijo bastardo del hombre frente a él, del cual ya sabía el nombre: Daemon Targaryen. Aunque era consciente de que su nombre, Draco, podría sonar extraño en ese mundo, decidió mantenerlo como parte de su tapadera.

- ¿Cómo te llamas? - preguntó el hombre mientras una mujer apenas vestida les servía dos bebidas, que al parecer era cerveza.

- Draco - respondió, notando cómo el hombre ocultaba una sonrisa tras su bebida, lo que lo hizo fruncir el ceño.

- ¿Te parece divertido mi nombre? - inquirió Draco, sintiéndose molesto por la actitud del hombre.

El hombre negó, manteniendo una sonrisa en sus labios. - Solo me parece interesante que una mujer le haya puesto ese nombre a su hijo.

La respuesta del hombre lo hizo apretar la mandíbula, sintiéndose insultado por la forma en que se refería a su madre. Sin embargo, recordó que su madre era considerada una prostituta en ese mundo, lo que lo obligó a contener su reacción y seguir con su tapadera.

- Dijo que iba acorde con mi sangre -se justificó, tratando de mantener la compostura a pesar del desagrado que le provocaba la bebida que le habían servido.

- ¿Dónde está tu madre ahora? - preguntó el hombre, mientras sus ojos recorrían el cuerpo del que creía su bastardo.

- Muerta - respondió Draco, intentando ocultar la tristeza que sentía al recordar el trágico destino de su (supuesta) madre.

- ¿Cómo murió y hace cuánto?

- Hace cinco años, uno de sus clientes la ahorcó hasta morir - comentó Draco con pesar, recordando la difícil vida que había llevado su (supuesta) madre.

La idea de volver a su mundo y convertirse en actor muggle cruzó por su mente, estaba seguro que sería bastante bueno si Daemon le creía el tremendo teatro que estaba tomando justo ahora.

Si sintió un poco mal usando (el recuerdo) a su madre para aquello, cuando seguramente su bella madre estaba tomando tranquilamente té en la mansión.

El hombre asintió con la cabeza, pensando en todo lo que su hijo había pasado para sobrevivir. Seguramente había sido criado en un burdel rodeado de prostitutas y otros bastardos, una idea que le resultaba desagradable. A pesar de todo, admiraba la fortaleza y determinación de su hijo para soportar todo aquello, y una idea comenzó a gestarse en su mente.

- ¿Sabes quién es tu padre? - la pregunta se deslizó entre sus labios sin que él se diera cuenta realmente.

Draco lo miró a los ojos, y Daemon sintió como si estuviera siendo observado por un dragón en persona; los ojos violetas de Draco, idénticos a los suyos, lo miraban de manera fría y calculadora. Incluso se sintió un poco orgulloso, pensando que si el niño se hubiera criado con él, sería un magnífico jinete de dragón.

- Las mujeres del burdel decían que tenía la sangre de un bastardo Targaryen, por eso el color de mi cabello. Nunca pensé que fuera cierto hasta que lo conocí a usted - musitó suavemente el "bastardo"-. Pero supongo que usted sabe quién es mi padre, ¿verdad, príncipe Daemon?

El jinete de dragón solo sonrió satisfecho, mientras una idea comenzaba a formarse en su cabeza. Ese chico era un digno hijo de su padre. Observó a Draco con detenimiento, evaluando sus palabras y gestos. Era evidente que el joven tenía un fuerte carácter y una determinación admirable. A pesar de la situación desconcertante en la que se encontraban, Daemon comenzaba a sentir una extraña conexión con él, como si realmente fuera su hijo.

- Mi estimado Draco -comenzó Daemon, inclinándose ligeramente hacia adelante. - Puedo ver en tus ojos la fuerza y el coraje de un verdadero Targaryen. Aunque tu madre haya sido una mujer de la calle, eso no define quién eres tú. Tienes la sangre de los dragones corriendo por tus venas, al igual que yo. Y si estás dispuesto, puedo enseñarte a dominar ese poder, a convertirte en el líder que estás destinado a ser.

Draco lo miró con sorpresa y algo de incredulidad. La idea de ser entrenado por el propio príncipe Daemon Targaryen era algo que nunca había imaginado. Sin embargo, también sentía una atracción hacia esa posibilidad, una oportunidad de explorar un mundo completamente nuevo y descubrir su verdadero potencial.

- ¿Qué debo hacer? - preguntó Draco, con una mezcla de emoción y nerviosismo.

Daemon sonrió, sabiendo que acababa de ganar un aliado poderoso y decidido. Juntos, padre e hijo, se embarcarían en una aventura que cambiaría sus vidas para siempre.

Y que se preparara Otto Hightower y los suyos, había un nuevo jugador y era uno que jamás esperaron o si quiera imaginaron.

Y que se preparara Otto Hightower y los suyos, había un nuevo jugador y era uno que jamás esperaron o si quiera imaginaron

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Capitulo corregido.

Bye bye 💚

Otro Targaryen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora