Draco pestañeó, intentando acostumbrarse a la luz de las antorchas. Aún le dolía la cabeza y le pesaba de sobremanera. Lo único bueno era que las voces susurrantes se habían detenido, y apenas podía escuchar el crepitar de las llamas.
Con cuidado, se sentó en la cama, dándose cuenta de que estaba solo. Era extraño; lo último que recordaba era haberse desmayado en uno de los pasillos de la Fortaleza Roja durante el desayuno. Por lo que podía ver por las ventanas, ya había oscurecido, quizás ya pasaba de la medianoche.
Se tranquilizó ligeramente cuando vio que Balerion aún descansaba en la chimenea, soltando pequeños ronquidos cargados con humo. Draco lo encontró tierno. El pequeño dragón negro siempre había sido su compañero fiel, un vínculo especial que compartían desde el nacimiento de Balerion.
Con cuidado, se puso de pie, sintiéndose inusualmente débil. Sus piernas temblaban bajo su peso, y tuvo que apoyarse en la cama para no caer. No entendía qué estaba pasando, por qué se sentía tan frágil y agotado.
Se acercó a la puerta de su habitación y la abrió, topándose con la espalda de los dos guardias que custodiaban su puerta. Ambos hombres se giraron, sorprendidos al ver al pequeño príncipe ya de pie.
-Sir Harwin, Sir Erick -saludó Draco en voz baja. Era extraño; no entendía por qué había dos guardias fuera de su puerta. Anteriormente, solo había habido guardias al otro lado del pasillo, y solo porque su habitación se encontraba en el mismo pabellón que los hijos de Rhaenyra, la heredera.
-Mi príncipe -Harwin soltó, aliviado de ver sano y salvo por fin al rubio-. Ve por el príncipe Daemon -ordenó el heredero de Harrenhal. Sir Erick no dudó y corrió en busca del príncipe mayor.
-¿Qué pasa? ¿Por qué llaman a mi padre? -preguntó Draco. No entendía por qué hacían tanto alboroto; estaba bien, solo había sido un desmayo de unas pocas horas-. ¿Cuánto tiempo ha pasado? -quería saber cuántas horas exactamente había estado desmayado.
-Mi príncipe, se desmayó hace tres días. Ha tenido fiebres intermitentes durante este tiempo, por eso estoy tan sorprendido de verlo de pie -Draco abrió la boca, sorprendido. ¿Tres días? Imposible. ¿Cómo podía haber estado desmayado durante tres días?
Con la mente nublada, intentó recordar los momentos antes de su desmayo. Había sentido un malestar creciente, un dolor punzante en su cabeza, y luego todo se había vuelto negro. Ahora, tres días después, se encontraba débil y confundido.
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Otro Targaryen
FanfictionDraco está desarrollando una nueva poción, cuando sin querer mescla algo que no debía y termina en otro mundo y en otra época, muy diferente a la suya Grandes eventos que serán cambiados, parejas que no fueron y herederos que no debíeron existir, se...