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𝒕𝒉𝒆 𝒐𝒏𝒆 𝒘𝒊𝒕𝒉 𝒕𝒉𝒆 𝒃𝒊𝒓𝒅

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Desperté cubierta con una fina capa de sudor recorriendo mi cuerpo, mire rápidamente la ventana comprobando la poca veracidad de mi pesadilla vista, una vez logre controlar el ritmo de mi respiración detalle la hora en el reloj puesto en la pequeña mesa al lado de mi cama, en el cual se leía "4:30 am". Con cansancio y un poco de adrenalina en el interior, me levanté, decidiendo empezar mi día.

Cuando el agua fría toco mi piel fue casi la punta del éxtasis, dejando mis pensamientos a un lado me distraje en la rutina haciendo una pequeña lista mental de mi transcurso en el día, cuidando mantener todo planeado. Al terminar de ducharme y de arreglarme me pose al frente del espejo y sonreí.

—Bien Anne, es un nuevo año, es un nuevo plan, todo saldrá bien.— aunque realmente sentía que así seria no podía dejar el pequeño sentimiento que me agobiaba por dentro.

Con algo de prisa, pero con cuidado salí de mi habitación, intentando no llamar mucho la atención, aunque esto fue desechado una vez llegue a la cocina, leyendo la nota escrita por mi padre

"Tuve una emergencia en la sucursal de Lynchburg por lo que llegare tarde, cuídate y ten un grandioso día en la escuela,

Con cariño papá"

Por más decepción que sintiera ante la ausencia de mi padre intente justificar que mi problema con eso no era la gran cosa. Cuando dieron las 6:00 am en punto, salí de casa, asegurándome de contar con lo necesario para la escuela. Mire el auto blanco regalo de mi padre, amaba el conducir y ciertamente era una de mis actividades cotidianas favoritas. Subí con algo de emoción y emprendí camino hacia la casa de Caroline, el viaje fue tranquilo lo que contrarresto la energía de Caroline, se sentía bien volver a la rutina del día a día.

—¡Anne!, luces fantástica, el viaje a Francia con tu abuela te hizo bien ¿no?— me pregunto emocionada cuando abrocho el cinturón de seguridad.

—Se podría decir.— respondí algo incomoda.

—Lo siento, solo es curiosidad.— me miro con pena.

—No, no, nada de eso, solo no fue lo que esperaba.

—¿Ningún progreso?

—No.— fije mi mirada en el camino. —¿Qué tal tus vacaciones? — intente sonar alentadora.

—Grandiosas, planee nuestro año escolar y para tu información y futuras referencias será increíble.— deje escapar una suave risa.

—Estoy segura de que así será.— todo parecía genuino en ese instante, quise mantenerlo así, grabado en el tiempo.

Al llegar, Caroline se bajo, informándome sobre encontrar Elena y Bonnie mientras yo estacionaba, así lo hice, al recoger mis cosas y bajar del auto pude ver claramente a James, quien me sonrió, le devolví la sonrisa incómodamente mientras desviaba la mirada, al ver a mi costado me sobresalte, un cuervo negro se encontraba posado en el auto siguiente al mío.

—¡Oh, por Dios!, eso no es nada raro.— el ave solo me miro, logrando mover su cabeza de lado. Simplemente salí lo mas rápido que pude de la escena.

Mientras buscaba a Caroline con la mirada por entre todos los estudiantes avanzaba cuidadosamente, intentando no herir a nadie y que en si no me lastimaran tampoco al recibir un empujón, algunos chicos me saludaron, bien fuera con palabras o con un simple gesto, los correspondí siendo amable. Mi plan de no salir herida se vio frustrado cuando al divisar a Caroline acelere mi paso y choque con alguien.

—Lo lamento mucho, no te vi y debí tener mas cuidado.— dije recogiendo las gafas que se le habían caído por mi culpa.

—No te disculpes, el error fue mío.— respondió el chico, mientras yo se las entregaba avergonzada.

Una vez fui capaz de verlo a los ojos para seguir avanzando, fui sorprendida por un leve destello de una sensación de melancolía. El también pareció reconocer que había sentido eso.

—Hum, no quisiera ser grosero pero tengo que irme.— pronuncio cuando el silencio perturbo el espacio.

—Si claro, no importa, perdón igualmente y que tengas un buen día.— esboce una pequeña mueca parecida a una sonrisa y seguí mi camino.

Al llegar a mi destino (básicamente los casilleros), Caroline me esperaba ansiosa y sorprendida.

—Hablaste con el chico nuevo y atractivo.

—No, me tropecé con el chico nuevo.— abrí mi casillero y mire por el espejo el ahora encuentro de Elena con el chico nuevo.

—Es un avance, es lindo, averiguare quien es.— me miro y sin dejarme responder al sonar la campana me llevo rápidamente de la mano hacia el salón, alcanzando a cerrar apresuradamente mi casillero.

Las clases en general se mantuvieron aburridas, no esperaba menos considerando que la dinámica me parecía anticuada, faltante del factor "eso", en Francés logre sentarme en la parte de atrás, lo que me parecía perfecto e irónico ya que podría divagar en el discurso que le daría a papá sobre el primer día de escuela.

—Hola,— Elena saludo a mi lado, la mire sorprendida. —lo lamento no era mi intención asustarte.

—No te preocupes solo estaba distraída,— hice un ademan.— ¿Cómo estas?

—¿Por que todo el mundo sigue preguntándome eso?— me miro algo frustrada.

—Perdón, — exclame rápidamente, evitando una discusión.— solo preguntaba en general tu día, no te había visto en todas las vacaciones así que... —comencé a divagar, siendo interrumpida por ella.

—Oh, discúlpame, no lo había pensado así.

En eso llego la profesora, haciendo que Elena desviara su atención hacia la clase, mire por la ventana, el viento hacia que algunas hojas de arboles se elevaran levemente, dando un aspecto de misterio fraternal a la zona. Recorrí con la vista todo el lugar hasta llegar a una figura al fondo de todo, entre los arboles un cuervo paseaba por el lado de un hombre apenas visible entre la niebla, me estremecí y acomode en la silla, mientras mas intentaba ver, mas borrosa era mi visión y llegaba a mi el aura de un sentimiento oscuro.

El sonido de la puerta me saco de la pequeña burbuja que yo misma había creado, el chico nuevo entro en el salón siendo el foco de atención de los presentes, en especial de Elena. Hicimos un pequeño e incomodo contacto visual, antes de volver mi vista hacia los arboles. La figura ya no estaba y eso me hacia sentir inquieta. Algo pasaba y dentro de mi sabia que cambiaria el rumbo de las cosas. Al parecer los cuervos dan señales espantosas ¿no?

𝑳𝒆𝒕𝒕𝒆𝒓𝒔 𝒇𝒐𝒓 𝒉𝒊𝒎 | damon salvatoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora