𝑳𝒆𝒕𝒕𝒆𝒓𝒔 𝒇𝒐𝒓 𝒉𝒊𝒎 | damon salvatore

07

𝒑𝒆𝒂𝒄𝒆 𝒊𝒏 𝒚𝒐𝒖𝒓 𝒏𝒂𝒎𝒆

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Stefan Salvatore.

Veo a Mason a lo lejos, acomodando algunas cosas en un vehículo.

—Stefan, ¿verdad? El otro Salvatore.— pronuncia él.

—El amable, el que ofrece disculpas.

—No me interesa.— hace una mueca.

—Mira, mi hermano actuó impulsivamente.

—¿Crees?

—Si tú y Damon siguen peleándose, alguien inocente va a salir lastimado y no quiero eso. Tienes familia aquí, así que me imagino que tú también lo querrías. ¿Qué dices si dejamos de lado todo ese asunto de las peleas entre machos alfa y hacemos una tregua?— exclamó de forma razonable.

—Le hice la misma oferta a tu hermano, pero él la rechazó con un cuchillo.

—Cometió un error. Estoy aquí para asegurarme de que ninguno de los dos cometa otro.

—Dile a tu hermano que vigile su espalda.— Mason intenta alejarse, por lo que tomó su brazo con firmeza, deteniendo su paso.

—Bueno, supongo que solo tiene que preocuparse por eso durante la luna llena. De lo contrario, no eres tan fuerte, ¿no es así? O ya habrías matado a Damon. Tú eres uno.— mi tono es grave. —Somos dos. Creo que eres tú el que necesita cuidarse las espaldas.

—Si él viene hacia mí...

—No lo hará.— acepta mi mano en un apretón, sellando entonces la tregua.

—¡Lo conseguiste!— Vivianne aparece a mi lado, su cabello rubio se mueve en el viento con felicidad.

—¿Me espiabas?

—Es un lugar público Stefan, solo observe la escena.— contestó ella alzando los hombros.

—¿Qué están haciendo?— Damon aparece a nuestras espaldas.

—Negociando la paz en tu nombre.— le respondo.

—No quiero paz.— refunfuña él, lo que ocasiona un suspiro de Vivianne.

—Considéralo el día opuesto.

—Stefan, por favor dime que no crees realmente que un apretón de manos acaba de resolver nuestro problema.

—No, en realidad creo que en cuanto Mason Lockwood tenga la oportunidad, te clavará una estaca en el corazón y luego en el mío, todo porque tú mismo te encargaste de intentar matarlo. Así que gracias, porque no tenemos suficientes problemas.

Mientras me alejo de ambos escuchó en susurros la interacción de la pareja, esperando, que las palabras de la chica sean la salvación de Damon, siendo ella a quien él más escuchaba.

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—Le estás dando una mirada nostálgica, demasiado evidente.— a mi lado Vivianne, recoge su cabello y sigue pintando la madera.

—Por estos días realmente es la mirada insignia.— la miro. —La tuya igual ¿qué tal va todo?

—Salimos a tomar algo, luego fuimos al cine.— sonríe suavemente. —Hola, Elena.

Giro con impresión detectando a la castaña detrás mío. —No quiero incomodarlos, nos veremos después.

Vivianne se va, no sin antes darnos un corto abrazo, veo que Elena le devuelve la sonrisa con felicidad, encontrando de nuevo la amistad reconfortante en la que ambas estaban en un primer lugar. Voltea en mi dirección, dándome una expresión seria.