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"𝒑𝒍𝒆𝒂𝒔𝒆"

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Damon Salvatore.

Veo a Vivianne regresar de hablar con su padre; su pijama rosa se complementa con algunos de los detalles de la habitación. Cuelga la llamada y se acerca a mí. —Es descortés dejar a tu novio sin un saludo de buenos días. — señalo. 

 —Buscas una excusa.— responde, con una sonrisa —Buenos días.— se acerca, dejando que sus labios se encuentren con los míos. Si pudiera, me encadenaría a ella toda la vida. La hago recostar en la suave cama mientras me inclino sobre ella, intercalando nuestros besos. 

—¿Qué tal si no vas hoy? —logro pronunciar en un instante. La beso nuevamente, intentando convencerla. 

—Elena me pidió que fuera. 

—¿Quién es Elena? —suspiré, disfrutando de su cercanía. 

—Damon —susurra. Sus manos recorren con cuidado mi espalda; cada toque me lleva a la imprudencia. 

—Tienes mejores planes.— ella parece considerarlo, y la victoria resuena en mí. Me acerco para un beso más, pero ella se aleja, sonriente. 

—No es muy productivo, y necesitaría demasiado bálsamo labial.— tomo su barbilla entre mis dedos, obligándola a mirarme. 

—Te compraré la farmacia entera si te quedas.— contiene la respiración. Me burlo con un gesto mientras la levanto un poco y la beso, suave y lentamente. 

—¡Damon, espero que no la estés acaparando!— grita Caroline desde la distancia. 

—Nos conseguiremos una casa linda con buenas cerraduras. 

 —Por mientras, tomaré una ducha.— me dice, levantándose — Espero tenga un buen jardín, seras un gran granjero.— se burla, deja un beso casto en mi mejilla y la veo atar sus mechones en una coleta. Abre las cortinas de mi habitación y organiza un poco sus cosas, observo con cuidado cada movimiento. Caroline entra con una mirada fulminante y se lleva a Vivianne, preguntando si ya había desayunado. Me levanto y observo las cosas de mi chica: en uno de mis sillones descansa una manta de color azul claro, y en la mesa más pequeña a su (ahora) lado de la cama hay algunos libros. La sonrisa en mi rostro es más que evidente.

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—¿Katherine está con Mason Lockwood?— pregunto con sorpresa y disgusto, ante la conclusión de Stefan.

—No nos dimos cuenta. Llegó a la ciudad justo después que ella. Tiene todo el sentido.

—Lo sé, pero ¿Mason Lockwood? Dejando a un lado el tema del hombre lobo, el tipo es un surfista. Ella debe estar usándolo. Tiene que estarlo.

—¿Utilizándolo para qué?— Stefan se extraña.

—Mason Lockwood está buscando una piedra lunar que supuestamente puede romper la maldición de la luna llena del hombre lobo. Tal vez Katherine también la quiera.

—¿Por qué?

—Bueno... ni idea. Esa es la belleza de Katherine: siempre está tramando algo.

—Entonces, ¿cómo vamos a encontrar esta piedra lunar?

—Jeremy la va a obtener de Tyler.

—¿Por qué involucrarías a Jeremy?— Stefan palmea con brusquedad mi brazo

𝑳𝒆𝒕𝒕𝒆𝒓𝒔 𝒇𝒐𝒓 𝒉𝒊𝒎 | damon salvatoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora