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𝒕𝒉𝒆 𝒃𝒓𝒐𝒕𝒉𝒆𝒓

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Elena detuvo la camioneta y apunto en dirección a la casa con su mano, más que una casa parecía una mansión antigua y alejada, un aspecto hogareño y misterioso se cernía sobre ella dejando un aura encantadora a mi parecer.

Al llegar a la puerta Elena se detuvo, la mire.

—Oye, ¿estas bien?— le pregunte.

—Me estoy arrepintiendo.— me miro apenada.

Ya empezaba a comprender lo del apoyo moral, al casi inmediatamente responder.— No te preocupes, saldrá bien ¿quieres que toque el timbre?

No respondió, solo asintió con la cabeza, entonces fui hasta donde se encontraba y baje de la cadena, nada se escucho dentro de la casa más que el sonido de la campana, como si fuera un impulso vi la puerta, una antigua y extraña manija se encontraba allí, la golpee escuchando el sonido fuerte que esta hizo y como la puerta se abrió ante mi. Elena dio un paso para entrar por lo que la detuve.

—¿Sabes que es allanamiento? ¿verdad?, te apoyo pero es algo extremo estar en su casa sin que él nos hubiera invitado.— ella me miro, lo pensó, pero hizo caso omiso y entro.

Me daba algo de escalofríos estar aquí, el presentimiento de mis sueños y mis visiones del cuervo se hicieron presentes.

—¿Stefan?— pregunto Elena en la casa que parecía vacía.

Entre con algo de duda detrás de Elena, quien empezó a caminar por los pasillos de la casa buscando a Stefan, mire hacia la puerta y vi que esta estaba entre abierta, cuestione si salir de allí y esperar afuera, el pensamiento cobarde me exaspero, al girar de nuevo Elena ya no se encontraba allí, busque con mi mirada rápidamente por un atisbo de su presencia más no lo encontré, oí un pequeño sonido y voltee hacia la puerta con miedo, no quería imaginar la reacción de Stefan o su tío, sorprendida vi que no había nadie y la puerta ahora se encontraba completamente abierta, camine hasta ella, al llegar un cuervo cruzo la puerta, di unos pasos hacia atrás aturdida y algo asustada, hasta que mi espalda choco con algo, gire encontrándome con un hombre de ojos azules y cabello oscuro, sus rasgos faciales marcados pero con toque delicado.

—Lamento el haber entrado asi, la puerta se abrió y entonces Elena mi amiga entro y...— gire de nuevo hacia la entrada solo para ver la puerta cerrada en su totalidad, hice silencio.

—¿Tu debes ser?— su voz me obligo a mirarlo a los ojos, desvié la mirada con rapidez.

—Vivianne Roseau.— él me miro fijamente, sonrió un poco después, retrocedí un poco.

—Soy Damon, el hermano de Stefan.— lo mire extrañada.— supongo que no hablo de mi, no le gusta presumir.

Damon se acerco un poco más a mi, cuando volví a mirarlo directamente a los ojos sentí que él retrocedió un poco, solo para cubrir su acción y poner una sonrisa, acercándose de nuevo.

—Por favor, pasa.— puso una mano en espalda baja enviando escalofríos a mi columna, él lo noto y aumento su sonrisa guiándome mientras hablaba.— Seguro que Stefan llegará en cualquier momento y hablara con tu amiga.

—No pretendo ser grosera pero es algo extraño que él llegue y sea lo primero que vea.— le dije algo nerviosa.

—No te preocupes Vivianne, Stefan comprenderá, ¿Cómo esperas que te deje afuera?— entramos a su sala de estar.

—¿Anne?, al parecer no hay nadie en casa, es mejor que nos vaya...— Elena se interrumpió cuando vio a Damon a mi lado, su mano subió lentamente hasta mi espalda con cuidado, le sonrió.

𝑳𝒆𝒕𝒕𝒆𝒓𝒔 𝒇𝒐𝒓 𝒉𝒊𝒎 | damon salvatoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora