ALPHA 2: Primer encuentro

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Con los primeros rayos de sol matutinos, un pequeño grupo de quince ciervos-zorro jóvenes se desplazaban a toda velocidad en dirección a la orilla del río que separaba su territorio del "Gran Verde", dónde su líder aguardaba. Ya habían estado recolectando comida en los bordes del lugar pero ahora querían avanzar mucho más.

El la orilla del río, el erizo azul, ahora de unos quince años, se encontraba bebiendo tranquilamente algo de agua antes del primer asalto del día. Habían pasado muchas cosas durante todos estos años, él había crecido y aprendido mucho, y lo que empezó como una pequeña familia de cinco integrantes se convirtió en un sólido grupo de treinta miembros, entre hermanos e inmigrantes de otras manadas. Hacia cinco años que papá había pasado a mejor vida debido a una enfermedad incurable, dejando a mamá como líder y a él como "macho alfa" del grupo, encargado de liderar las expediciones de reconocimiento y búsqueda de comida, además de mantener el orden entre los miembros.

Al percibir el olor de sus compañeros cada vez más cerca de su posición, tomó una hoja algo gruesa de un arbusto y lo colocó entre sus dientes, haciendo unos pequeños agujeros en la misma, para acto seguido, comenzar a emitir unos silbidos a velocidad media mientras se lanzaba al río y nadaba hacia el otro lado, acción que sus compañeros de cacería imitaron.

Esa era su señal para que avanzarán.

Una vez en el otro lado, el erizo examino detenidamente el lugar, papá soñaba con llevarlos hasta aquí algún día, pero desgraciadamente su enfermedad se lo llevó antes de cumplir ese sueño. No estaba dispuesto a fallarle.

--- ... Esto es para ti... Padre... ---. Susurro aún con la hoja entre los dientes, comenzando a emitir los silbidos otra vez, solo que más lento, indicándoles que avanzarán con precaución.

El grupo obedeció, comenzando a adentrarse al bosque con cuidado.

Mientras el grupo buscaba comida al raz del suelo, Sonic lo hacía en los árboles, gracias a las picos de roca incrustadas en sus guantes le era más fácil trepar a los árboles para conseguir las mejores frutas, los cuales guardaba entre sus púas, y a su vez, vigilar que no hubiera peligro cerca.

Durante los siguientes minutos las cosas transcurrieron con relativa tranquilidad, estaban haciendo lo mejor que sabían hacer, tomar todo lo que podían y regresar a casa, no obstante, un olor extraño no tardó en impregnar la nariz de Sonic, quien rápidamente comenzó a producir silbidos similares a los de las grandes aves, indicándole al grupo que se ocultsran lo mejor posible, mientras que él se movía a cuatro patas sobre las ramas de los árboles buscando el origen de ese olor.

No paso mucho para que lo encontrará, un zorro amarillo de dos colas, el cuál, aparentemente, también buscaba comida.

--- Grrr~ Mobian... ---. Gruñó con despreció mientras observaba al menor desde las sombras, aún emitiendo los silbidos que alertaban del peligro.

Al haber vivido el 97% de su vida entre animales salvajes, y no tener ningún recuerdo de sus primeros años de vida entre los "suyos", era más que obvio que se aferraría a la imagen que sus "padres" le habían inculcado sobre ellos; Seres hostiles, competidores directos por la comida y destructores por naturaleza.

Aunque este no se veía tan peligroso, seguía siendo una amenaza para su familia.

--- ¡Mangey! ¡Espera! ---. Habló una voz femenina, lo que tomó a Sonic por sorpresa.

De entre los arbustos, una eriza rosada se acercó hacia donde el pequeño niño zorro se encontraba.

--- Oh genial... Más... ---. El erizo pensó para si mismo apretando sus manos contra la rama del árbol donde se encontraba.

Estaba más que claro que debían regresar a casa con lo que tenían, si había dos aquí seguro su grupo no estaría lejos.

El erizo volvió a emitir silbidos lentos mientras retrocedía, indicándole a todos que era hora de irse. El grupo no tardó en responder, comenzando a moverse en silencio, no obstante, sus olores no pasaron desapercibidos por el joven zorro de dos colas, quién instintivamente salió disparado detrás de ellos.

--- ¡Mangey! ---. Grito la eriza rosada. --- ¡Vuelve aquí! ---. Ordenó corriendo detrás de él.

No obstante, sus gritos fueron ignorados por el menor, quién estaba decidido a darle caza a lo que sea que se estuviera ocultando tras las hojas y ramas.
Al ver esta situación, Sonic aceleró los silbidos para que el grupo se adelantará, el se encargaría de ambos Mobians.

Con un rápido movimiento, el azulado salto de entre las ramas hacia el zorro, dándole una fuerte mordida en la cara, provocando que este retrocederá de un salto asustado.

--- ¡¿Mangey qué... ?! ---. La eriza rosada se detuvo en secó al ver la mordida en la cara de su amigo y al erizo rabioso con sorpresa. --- ¿S-Sonic? ---. Cuestionó con incredulidad, ese no podía ser el Sonic que ella conocía.

--- ¡Grrrr~! ---. El erizo comenzó a avanzar lentamente hacia ellos mostrando sus dientes.

--- ¡Grrr~! ---. Mangey no se quedo atrás, comenzando a gruñirle también, esa mordida no se quedaría sin consecuencias.

Al ver que esa situación no terminaría bien, la chica se apresuró a tomar al menor con todas sus fuerzas para impedir que todo esto escalará.

--- Tranquilo... Tranquilo... ---. Decía comenzando a retroceder, no era viable pelear contra él. --- No vamos a lastimarte Sonic... ---.

No obstante, Sonic no tomó nada de eso, lanzándose al ataque nuevamente, lo que obliga a la chica a huir junto con el zorro, a pesar de estar en ventaja numérica, estaba claro que este Sonic era más salvaje que Mangey, por lo que en una situación así, la retirada era la mejor opción.

Una vez seguro de que la amenaza para su familia estaba neutralizada, el erizo regreso con su grupo, la recolección de comida había sido un verdadero desastre pero al menos los cachorros no se quedarían con los estómagos vacíos ese día.

Sonic Prime: Alternativo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora