Sonic Prime: Alternativo

HIGH PLACES 3: Susurros del pasado

[...]

--- ¡Mamá! ¡Papá! ----. Llamaba entre lágrimas la voz de un pequeño erizo azul.

El pequeño niño, que no debía tener más de dos años, caminaba aterrado por los rincones de una isla que desconocía. Quería encontrar a sus progenitores lo antes posible y regresar a casa. No obstante, sus gritos no obtenían respuesta, o al menos ninguna que no fuera atraer a animales peligrosos que buscaban alimento.

O bueno, eso fue hasta que una silueta de alguien mayor se asomará de entre los árboles, atraído por los gritos desesperados del niño. La silueta estaba bastante borrosa pero podía intuir que se trataba de un erizo como él, solo que color negro y vistiendo un traje color marrón.

Ambos se quedaron viendo mutuamente sin saber muy bien qué hacer o cómo reaccionar pero por ahora la prioridad del más grande estaba bastante clara.

Ayudar a ese niño.

[...]

---¡Todo listo! ---. Anunció felizmente el mismo erizo azul, ya unos tres años más grande, mientras bajaba del mástil de un barco usando una soga.

--- Bien, estamos listos para zarpar ---. Asintió el erizo oscuro esbozando una leve sonrisa al ver al menor. --- Enserio debes aprender a bajar del mástil sin usar la cuerda niño ---.

--- Es difícil hacerlo papi... ---. Se quejó. --- Es más fácil usar la soga ---.

--- Cuando estemos en mar abierto las cosas siempre serán difíciles, deberás estar preparado para lo que venga... Si no puedes con un simple mástil, ¿qué te hace pensar que podrás con una tripulación enemiga? ---. Cuestionó seriamente, lo que dejó al menor pensativo. --- Además, te dije mil veces que no me llamarás así, sabes muy bien que no soy tu padre ---. Esto último lo dijo un poco molesto, a pesar de todos estos años aún no aceptaba que aquel niño lo viera de esa manera, prefería que lo viera como su capitán.

--- Pues para mi si lo eres ---. Respondió el oji-esmeralda frunciendo ligeramente su expresión facial. --- Lo quieras o no ---.

[...]

--- ¡Tierra a la vista! ---. Anunció con emoción apuntando hacia el frente.

Ante aquella noticia, el erizo mayor no dudo en emprender curso hacia el lugar indicado por su joven compañero.

[...]

Al caer la tarde, ambos erizos regresaban a su barco cargando lo que habían encontrado en aquella isla. Mientras que el llevaba un pesado cofre mientras que el menor arrastraba un saco lleno de provisiones, principalmente fruta.

--- ¿Seguro que no quieres ayuda? ---. Cuestionó el mayor al ver que arrastrar eso le estaba contando.

--- No, yo puedo sólo ---. Respondió el azulado intentando acelerar el paso.