Capítulo 1.

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¡2326 palabras!

Capítulo 1 | Panteón de flores

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Capítulo 1 | Panteón de flores

Isabella inicia todos sus días sin falta a las cinco de la mañana, toma una gran taza de café con demasiada azúcar y se viste con prisa, esta vez portando una bata médica para sus labores como doctora clandestina de la muralla Maria. A las seis en punto de la mañana sale del cuartel para así ponerse en marcha hacia las zonas más pobres y necesitadas del distrito.

— Señora, recuerde que debe tomar este medicamento por la mañana y noche —extendió un pequeño frasco de vidrio con pastillas de color blanco— tome constante agua y salga a caminar al menos 1 hora al día, vera que se sentirá mucho mejor con su artritis.

Gracias Isabel —hace una reverencia y se da media vuelta marchándose para así dejar que la otra persona formada camine hacia ella— ten un lindo día ángel.

— ¡Es Isabella! —corrige con una sonrisa apenada, su cabello castaño ondulado se encuentra atado en una cola de caballo y un par de mechones rebeldes salen despeinados dándole un toque tierno— siguiente por favor.

— Buenos días doctora —saluda la próxima paciente, se sienta en aquella vieja silla de madera e Isabella imita su acción del otro lado de la mesa improvisada que coloca todos los días.

— Buenos días señora Clara —sonrió con todos sus dientes mientras sacaba su expediente— no tiene que llamarme así, la conozco de toda la vida. ¿Qué es lo que la trae por aquí?

— Te costó mucho ganarte ese título por parte del doctor del pueblo, debemos hablarte como tal Bella — el caso era que la mitad de las personas la llamaban Bella diciendo la misma frase que aquel paciente de rosas rojas antes de caer inconsciente, Bella, tal como el nombre dice. Y la otra mitad la llamaba Isabel creyendo que realmente se llamaba así— vengo a pedirte más ayuda de la que corresponde.

— Ninguna ayuda es más de lo que corresponde, puede pedirme lo que sea.

Clara era una anciana que conocía de toda la vida, era su vecina cuando ella era una infante.

— Mi hija está muriendo, está muy débil como para haber venido y pido tu ayuda para disminuir su dolor.

La muralla Maria a pesar de estar en la superficie a diferencia de la ciudad subterránea, también tenía zonas de gente en pobreza extrema, personas que estaban en los huesos pidiendo monedas en la zona media de la ciudad y rogando que algún médico los atendiera, entre Isabella y Grisha llegaron al acuerdo de que ella atendería esa zona exterior mientras él se concentraba también en las zonas interiores tratando de barrer toda la muralla y que a nadie les faltara el servicio médico, a pesar de que las personas no le pagaban a Isabella y este trabajo era meramente caritativo, ella siempre estaba para ellos de cualquier modo.

EXIST FOR LOVE | Levi Ackerman.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora