Capítulo 29

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Capítulo 29 | Cirugía

Los pétalos caen por sus labios como una cascada de terciopelo, la sangre se acumula en su garganta, y sus pulmones dejan de funcionar un momento obligándola a detener su andar, el ardor sube por su garganta buscando una salida

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Los pétalos caen por sus labios como una cascada de terciopelo, la sangre se acumula en su garganta, y sus pulmones dejan de funcionar un momento obligándola a detener su andar, el ardor sube por su garganta buscando una salida.

No podía estar pasándole esto, no en este momento tan crítico.

La primera rodilla impacta el suelo mientras sostiene su garganta, tratando de vomitar todos sus pétalos pero es imposible.

— ¡Bella! —Eren corre hacia ella, no debía estar pasando esto. Al menos no ahora— ¡Alguien ayúdeme!

Mikasa y Armin corren hacia ellos, asustados en ver a la doctora de esa forma. — ¿Qué hacemos? —pregunta Armin desesperado mientras la tratan de recostar, buscando una respuesta en su mirada— ¡Ella es la doctora, no hay nadie más que pueda atenderla!

La asfixia está llegando muy rápido, los pétalos están acumulándose en su garganta queriendo salir pero le es imposible. Alguien debe ayudarla a ese labor, ¿Cómo decirles?

— ¡Debemos llevarla rápido con el capitán Levi! —grita Sasha corriendo hacia ellos lo más rápido que puede— ¡El sabrá qué hacer!, Jean la cargará y yo me encargare de guiarlos, hay que darnos prisa o morirá.

Cuando Isabella vuelve a toser a causa de la asfixia, la sangre sale como si de una fuente rota se tratase salpicando a los presentes. »¿Qué?« »¿Por que salió sangre?«, con manos temblorosas trata de tocar su estómago pero es una acción casi imposible, ni siquiera tiene tiempo de poder captar las palabras que dicen a su alrededor. La asfixia y el sabor metálico llenan su boca con asco, está a punto de convulsionar si alguien no hace algo.

— ¿Qué hacen? ¡Quítense!

Escucha voces intercambiando información pero su vista está nublada a causa del sufrimiento que está pasando, una fina capa color gris está invadiendo su iris evitando que así pueda mirar a los locutores, el dolor esta noqueándola a causa de la asfixia.

Pero no es hasta ese momento de pérdida de consciencia que siente como unos dedos ingresan a su boca ayudándola a tomar todas sus flores para que pueda liberar el conducto librando el paso del aire. Isabella da una bocanada de aire enorme, está tratando de recuperar la visión y la capacidad de mover sus manos a voluntad.

— Mira niña terca —¿De quien es la voz? ¿Por qué todo parece sonar distorsionado?, la persona evita que sus manos sigan tratando de tocar su estómago lo cual provoca que ella empiece a negar con lágrimas en los ojos— ¡Cálmate!

— Si... sangre... —trata de explicar pero su garganta está desgarrada, hablar es una tortura y el fallo a sus pulmones está a punto de llegar. Trata de llevar sus manos a su estómago— incrustando.

Levi alza una ceja confundido, Jean y Sasha miran la escena con desesperación, sus ojos están abiertos, la mandíbula apretada y el sudor cayendo por su frente.

— Váyanse... —ordena el capitán aún viendo a Isabella en la camilla, traga saliva. Cree que la entiende, incrustando significa quizá que las raíces se estaban enredado en sus tripas o las espinas... las espinas se le estaban clavando— ¡Salgan de aquí, ahora! —grita señalando la salida, los dos menores asienten corriendo hacia la salida para cerrar la puerta detrás de ellos, asustados por la escena.

El azabache traga saliva, el no sabe de medicina si Isabella no está detrás de él apoyándolo. Pero cuando la morena vuelva a toser y a su paso otra vez salpica sangre sabe que debe de actuar rápido, corre hacia el lava manos.

Traga saliva, la desesperación sube por la garganta cuando abre el grifo y el agua cae chocando con sus manos. Su temperatura ha subido a causa de la ansiedad, y no es hasta ese momento en que Levi se da cuenta que está temblando, talla con fuerza sus manos, agua y jabón resbalando hasta sus antebrazos.

Corre hacia ella sin cerrar el grifo, toma aquel pequeño frasco de anestesia, jeringa en mano y su pulso acelerado.  No se la piensa dos veces cuando la inyecta con la cantidad adecuada que le dijo la doctora en alguna de sus clases, nuevamente corre hacia la barra tomando un par de pinzas y tijeras.

— ¿Isabella? —le llama, su pecho sube y baja con calma. Ha quedado inconsciente a causa del dolor y anestesia, ya ha dejado de luchar para tocar su estómago, Levi traga saliva, desesperado— yo solo practique con una estúpida rana.

Está inseguro, las manos le tiemblan, cierra sus ojos y suelta un suspiro pesado.

No quiere perderla, no quiere que muera por su culpa.

¿Está matando a alguien a caso?

El sudor cae por su frente.

Toma valor, se obliga a que sus manos dejen de temblar.

Rompe la camisa del uniforme, desinfecta el área.

— Si te mueres, te buscaré donde sea que vayas para matarte esta vez con mis manos.

Realiza el corte, profundo y abriendo la piel a su paso para llegar a su objetivo.

Después de unos minutos llenos de angustia, lo ve. Las espinas se están clavando en su estómago, un árbol naciente precioso crece en el interior de Isabella.

Suelta un suspiro de alivio tomando las tijeras entre sus manos y cortando de poco a poco las raíces. Mira a Isabella por el rabillo del ojo.

Tan precioso el árbol que crece dentro de ella por su amor a él.

— ¿Cómo pude merecer un amor tan hermoso como el tuyo?

EXIST FOR LOVE | Levi Ackerman.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora