— Iremos a la ciudad el día de hoy, creo que a Isabella le vendrá bien salir de todo esto.
Smith inicia la conversación en el desayuno, Levi se encuentra tomando una taza de té con un remedio extraño que le ha preparado la morena, calificaría el sabor como horrible.
— Pensé que no podía salir de la sede hasta que Pixis informara de la situación. ¿O tus sentimientos por ella interfieren en tus decisiones? —la avena de su desayuno fue remplazada por vegetales por orden estricta de la doctora, toma un trozo de espinaca con un poco de resignación. Le gustaba bastante la avena a decir verdad.
— Se ha sentido mal, ¿No te importa eso tan solo un poco? Pasó un día entero dándote respiración para que reaccionaras.
— Lo sé, por eso mi motivo de ahora en adelante es protegerle más allá de tu orden. Llevarla a la ciudad podría llamar la atención de los lame botas del rey, aquella vez en ese jardín fue suerte que no le dispararan a Isabella, lo sabes.
— Salir hará que todos estemos mejor, incluso tú. Podremos ir a comer al bar y tomar algo, la invitación está en pie para ti pero aún así iremos si es que te niegas —advierte, levantándose del comedor.
— ¿Te gusta, cierto? —le detiene con su pregunta— no es natural que quieras ayudarle tanto.
— Sí, me gusta.
Levi se siente fastidiado un poco. Ni siquiera le conoce como él, la tuvo en su regazo hablando de los miedos y deseos. ¿Por qué le gustaría?
— Pero eso no significa que la ame o intente algo. Solo me gusta admirarla, ¿por qué el interés?
— No quiero que le pase algo, es todo.
Ambos guardan silencio cuando Isabella entra al comedor portando un largo vestido blanco junto con un sombrero para cubrir su piel pálida. Caminó hacia ellos, con una gran sonrisa.
— ¿Qué tal? Este vestido es perfecto para la ocasión, mi madre decía que las cosas simples arregladas de la manera correcta hacen que parezcan lindas.
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— Tiene toda la razón, me alegra de que aceptaras esta idea, así tus emociones podrán despejarse un poco –Smith camina hacia ella—, He convencido a Levi de que venga con nosotros.
— Es demasiado, gracias —hace una pequeña reverencia— me gustaría preguntar ¿Por qué hace esto? ¿Hay algún motivo por el cual no me quiere dejar ir?
Levi se levanta de su asiento y se coloca a su lado.
— Erwin es bastante caballeroso cuando se lo propone, no puede dejar ir a su mejor adquisición en estos últimos meses.
