Capítulo 25

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Capitulo 25 | Experimentos

Isabella rebusca entre sus libros con desesperación, pasando y analizando con prisa las hojas tratando de comprender la información que Grisha dejó en esas notas como evidencia de lo que realizaban juntos, de lo que querían lograr como médicos.

De todos los sueños que hablaban.

— No estarás sola Bella, yo estoy aquí —su voz resuena en sus oídos como si el mismo médico estuviera a su espalda hablándole, como si los recuerdos tuvieran vida y se materializaran delante de ella— lo lograremos, juntos.

— Mentiste —aprieta la mandíbula, sus huesos duelen por la fuerza ejercida— me mentiste, ¡Me mentiste!

Mueve la cabeza repetidas veces para poder sacar esas palabras de su mente, tratando de anular cualquier recuerdo que pueda venir a visitarla.

Toma uno de los cuadernos que realizaba con Grisha encontrando su caligrafía perfecta en aquellas hojas, hojas que guardó como un tesoro.

Síntomas de Hanahaki, no. Eso no le sirve, incluso su propia investigación va más avanzada de lo que pudo hacer Grisha en vida.

Vomito, tampoco es lo que busca.

Significado, tampoco.

Remedios, tampoco.

Isabella ahoga un grito de frustración cuando se da cuenta que toda la información que ella tiene es mucho mejor de lo que pudo hacer Grisha en esos años. ¡Como es que la cura la tenía él, ¿Cómo pudo diseñarla?! ¡Que es lo que él vio y ella no!

Tantas hojas qué cuido como recuerdo de su mentor y realmente no hay nada en ellas que pueda ayudarle. Le ocultó cosas, ¿Por qué lo haría? ¡Eran amigos! ¡Qué pasó con las risas en el consultorio! ¡Las bromas con Carla! ¡Las promesas! ¡Los desvelos! ¡Las esperanzas!

— Tranquila pequeña doctora —su voz llega nuevamente— la paciencia es algo que se debe tener en el mundo de la investigación.

En un arrebato de ira, lo que más ha cuidado en toda su vida terminó en el suelo. Aquel gran libro fue arrojado hasta el otro lado de la habitación acompañado de un grito.

— ¿Lanzar libros es el deporte que practicas cuando faltas a nuestro entrenamiento? —los pies de Levi llegan donde está el libro, recogiéndolo y limpiándolo del polvo— pensé que te vería cuidando de Eren en el campo de entrenamiento.

Las ojeras en el rostro de Bella comienzan a doler como si el comentario de Levi le hiciera reaccionar que no ha dormido por cuatro noches en busca de respuestas en sus extraños experimentos, que no se ha permitido descansar además de que dichos experimentos que aplica en ella misma.

Y por primera vez los ojos de Levi observan un consultorio sucio, las camillas están desatendidas, su equipo médico está revuelto por todo el escrito, hay libros abiertos en páginas que no concuerdan en el suelo, la bata médica de Bella está tirada ahí en un rincón y la doctora posee un cabello enredado, ojos rojos y ojeras moradas, ni siquiera le mira cuando le habla.

¿Dormiste algo? oculta la preocupación detrás de una pregunta sencilla.

— No tanto como desearía, al tener insomnio mejor vine adelantar mis investigaciones.

Miente. ¿Por qué le miente?

— ¿En serio?, juraría que ni siquiera intentaste dormir —camina a lado de ella dejando el libro en la mesa más cercana para estar frente a ella— tu consultorio es un asco, te ves demasiado cansada ¿Estás bien? —sus manos quieren tomar sus hombros para poder darle apoyo pero por el rabillo del ojo, en ese desastre de lugar puede ver algo que lo deja atónito— ¿Qué es esto?

EXIST FOR LOVE | Levi Ackerman.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora