Capítulo 11

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Capítulo 11 | Lago

Isabella camino atrás de Erwin en todo momento, en sus hombros iba montada una capa verde con las alas de la libertad. Sonrió grande cuando miro la cara de Levi, fastidiado por la nueva noticia.

— No me sonrías de esa forma —advierte molesto, Smith había dado la clara orden que la médico de su escuadrilla iría en su mismo caballo cosa que enfureció al capitán e Isabella disfrutaba de las maldades que podía provocarle solo para que se distrajera un poco— si te agarras de mi, te golpeare.

— Sin tocar, anotado —se coloca enfrente del capitán y hace una reverencia— estoy nerviosa, ¿Podré sostenerme de su capa aunque sea?

— Cuídala Levi —advierte Smith dándoles una mirada a los dos— es la persona más valiosa que tenemos actualmente. Si ella muere, nosotros también con el paso de los días.

— Pensaba que era yo la persona más valiosa de este escuadrilla —responde tajante, sin verle y enfocándose en la mujer que tiene por delante— pero esta bien, si mi misión es cuidarla, lo haré.

Hoy era la primera expedición de la doctora de las murallas y claro que era una gran noticia para todos los habitantes de la muralla Maria que fueron atendidos por ella. La gente gritaba que no saliera, que era la esperanza en la adversidad, Isabella miró apenada a la gente mientras montaba el caballo detrás de Levi.

— Tienes muchas personas preocupadas por ti, eso es nuevo —comenta el líder— casi nadie viene cuando salimos.

— No se preocupen, voy a regresar —promete a la gente más cercana, extendiendo su mano y estrechándola con las distintas personas— tengo al soldado más fuerte de la humanidad cuidándome.

Levi la voltea a ver. — ¿Debes decir eso?

— Déjame ser la chica más popular, de seguro me tendrán envidia —guiña el ojo, divertida— aparte si me cuidaras. ¿No?

Las puertas se abren, la gente trata de decirle que no se marche pero es tarde cuando los caballos relinchan y se hace el trote, lo que los ojos de Isabella ven es algo inigualable.

El cielo pareciera que le devuelve la mirada y el aire parece cambiar a uno más limpio, fresco e interminable. Su mano se alza con anhelo al sentir que el aire golpea con fuerza —No sueñes tan alto doctora—advierte Levi llamando su atención— puedes caerte, y no me detendré.

Solo así se atreve bajar la mirada para verle.

Grisha le explicó sobre el cuerpo humano: páncreas, hígado, estómago, tripas, pulmones, cerebro y corazón. Odiaba esas clases ya que experimentaban con los cadaveres que eran abandonados por sus familiares por no tener dinero para un lugar en el panteón pero gracias a esos infernales meses saltaron a un tema que le interesaba mucho mas.

El rostro humano.

Isabella en aquellos viejos y grandes libros encontró información totalmente irrelevante pero que le interesaba. En uno de ellos hablaba sobre el rostro humano perfecto »Sus labios no deben ser ni delgados ni gruesos, con una boca con una extensión de 1,33 unidades de largo y 0,88 de ancho. La barbilla debe tener 0,27 de longitud. La cara con una forma ovalada con unos ojos de una unidad de ancho. El pelo oscuro y la cara cerca de la simetría facial perfecta«.

Todos los rostros que ha visto ninguno se ha semejado a tal descripción o los dibujos e incluso se llegó a preguntar si alguna vez conocería a uno.

Sorprendentemente, apenas se percató de que...

Levi cumplía con toda esa descripción. Incluso, el puente de su nariz alineado a sus labios era lo que podía observar desde este punto de su visión, el aire golpeó con fuerza obligándola a entre cerrar sus ojos pero aún así, con la pequeña visión que tenía enfocada, él la seguía viendo.

— Siéntate bien o vas a caer —advierte volviendo a ver hacia enfrente, esa es su señal para dejarle de ver con tanta admiración.

— Es muy hermoso aquí afuera —admite tratando de borrar el momento anterior, se sienta por completo, viendo a su alrededor — ¡Mire todo eso! Es increíble, pareciera que el cielo nunca va acabarse.

— Al parecer en la guarnición no disfrutan de una vista tan hermosa.

— Pero tenemos mejores desayunos —ríe divertida— ¡Capitán creo que este es el mejor momento de mi vida!

— ¿Soñaste con esto desde pequeña? —Levi no lo admitiría en voz alta pero haber visto a Isabella de esa forma es bastante divertido y entretenido, siempre es bueno ver la cara que ponen al salir— ¿Estar en un caballo cabalgando a nuevas zonas junto con el soldado más fuerte de la humanidad?

Él sarcasmo de Levi era muy malo en realidad pero eso no le molestaba a Bella.

— Yo soñaba tener una casita con jardín.

— ¿Una casita con jardín?

— ¡Sí, desde pequeñita!

El azabache no puede evitar mirar un poco hacia atrás para ver a su acompañante que se encuentra viendo el amplio pastizal verde y el cielo. Se veía mucho más viva que en aquel consultorio.

— Si sobrevives hasta que recuperemos la muralla Maria, yo te la compraré.

Agacha la mirada conectándose con Levi, se sonroja un poco. — ¿Es en serio? —asiente regresando la mirada hacia enfrente— ¡Debe prometerlo, por el meñique! —extiende su mano lo suficiente para que esté alcance del capitán.

— No seas infantil, no haré eso.

— ¡Por favor, es una promesa desde el corazón! Algo que no puede romperse.

— ¿Mi palabra no basta?

— Me haría feliz que también fuera de esta forma, en mi jardín habrá un lugar para usted cuando suceda lo inevitable.

Levi acepta finalmente entrelazando sus meñiques en un pequeño segundo pero suficiente para tener satisfecha a la doctora, no es como si el meñique fuera más importante que su palabra.

— Titanes enfrente, capitán —Auruo llega a su lado— el comandante Erwin no quiere pelear, dice que podremos llegar al objetivo sin ningún problema si vamos hacia la derecha.

Asiente sin contestar.

— ¿Los titanes son muy terroríficos? ¿Veremos alguno?

— Son... asquerosos, tienen rostros exagerados y algunos son mas veloces que otros. En realidad esta expedición es para comprobar algo que vimos hace algunos meses, es un lago al este. Actualizamos constantemente nuestros mapas y suelen ser más tranquilas.

— Quizá sea su amuleto de la suerte, no hemos visto a ningún titán.

— Si es así, aceptaré que vengas conmigo.

Ambos guardan silencio cuando a la distancia comienza a notarse un azul distinto al cielo y a la tierra. Es uno cristalino que refleja al mismo sol, es un gran lago azul donde los árboles lo acompañan en armonía y relieve del lugar.

— Sé que da bastante miedo salir de las murallas, es algo aterrador pero dime ¿No vale la pena por esa vista?

Levi baja de su caballo para poder ver a Isabel (como suele llamarla él) mostrándole el lago, pero la protagonista es lo que menos observa. Ve a su capitán en medio de ese magnífico lugar pero observa todo lo que él es,  ¿Por qué se enamoró de Erwin, que tiene el comandante como para querer morir con él? ¿Por qué es tan cruel cuando se lo propone? ¿Por qué no puede dejar de verle?

— Si, si vale la pena la vista.

¿Sería idiota admitir que lo estaba viendo a él y tenía ganas de dibujar su rostro (por amor a la anatomía)?

— Quieren quedarse un momento, disfrútalo.

Y se marcha, dejándole sola en medio de aquel gran lago. Tan solo un poco sonrojada.

— Tiene el rostro perfecto pero es tan gruñón.

EXIST FOR LOVE | Levi Ackerman.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora