Capítulo 10

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Elio

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Elio...

Capítulo 10 | Motivación

Isabella sonrió cuando vio caminar a Hannes hacia ella, al fin un rostro familiar que le provocaba felicidad. Ambos habían acordado de verse el próximo domingo de descanso, un café negro era la invitación para que la morena decidiera dejar la sede de la legión después de 4 semanas de haberse ido de la guarnición.

— Te ves mejor desde que dejaste la bebida —halaga sonriente mientras extiende sus brazos invitando al mayor a darle un abrazo. Gustoso acepta dándole una cálida bienvenida abrazándola desde la cintura — te he extrañado tanto Hannes.

— ¿Entonces la legión es tan pesada como dicen? No me extrañarías si fuera lo contrario —ríe dándole un apretón más fuerte para así separarse— ¿Como lo llevas?

— Bastante bien, es un caos los casos de Hanahaki qué hay en la legión. Creo que con constancia y buena suerte, tendrán una vida larga —sonríe de lado, como si de eso no se tratara su felicidad.

— No estás feliz, ¿Por qué? Lo que apasiona a Isabella es ayudar a la gente y esta no es la Isabella de hace un mes —nota alarmante— ¿No te gusta?

— Mi primera expedición es dentro de tres días, ¿De qué sirve salvar vidas si morirán a manos de los titanes? —su rostro es de tristeza— tengo bastante miedo de salir.

— A todos nos da miedo algo nuevo —le toma del hombro, calmado y buscando las palabras correctas para aconsejarle— nos aterra empezar cosas nuevas y lo tomamos como un peligro, no hay peligro alguno Isabella. Quizá podría gustarte, dicen que salir al exterior es majestuoso.

Quizá tenía razón o no, eso solo podría descubrirlo ella.

— ¿Y si muero?

— No puedes morir de hecho, lo tienes prohibido —advierte risueño. Isabella le mira con una ceja alzada de confusión— mira quien viene allá.

La muralla Rose era un lugar bello, sus calles rústicas y amplias era lo que la convertía en una belleza arquitectónica al ojo humano. Las piedras del corredor están perfectamente alineadas para que se pueda caminar con estabilidad, la gente abriendo sus puestos y mujeres abriendo sus ventanas para que la luz de sol entre a sus hogares pero ahí en el fondo alguien corre hacia los dos adultos. Isabella no puede evitar sonreír cuando le es conocida la silueta, sus grandes cachetes se sonrojan y corre hacia la pequeña persona que se dirige hacia ella.

— ¡Bella! —grita, la voz se hace más alta gracias a que ambos empiezan a cortar la distancia. Corriendo uno hacia el otro, abriéndose paso entre la poca gente qué hay, las piernas de la mayor tienen más fuerza y gracias a ella es que pueden estrecharse en un fuerte abrazo lo más pronto posible— ¡Bella, te extrañe tanto!

EXIST FOR LOVE | Levi Ackerman.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora