☾ ˚˖ 14 ˙﹒°

710 64 22
                                    

Debería pensar las cosas un par de veces antes de solo dejarse llevar a la ligera por culpa de lo que quieran sus jodidas hormonas de adolescente, justo ahora que estaba en los cambiadores a unos diez minutos de iniciar su clase de deportes –para su suerte, la última evaluación que tenían en esa materia– tenía que hacer algo tan fácil y sencillo como lo era cambiar su uniforme por el de deportes, pero aquí va el dato. Tenía que usar unos pantalones cortos de color rojo que le quedaban un poco más arriba de su rodilla y una simple camisa blanca algo holgada porque así la preferiría peeeero los chupetones moradores de su cuello eran visibles y no había traído una base o algo así para ocultarlas.

No podía simplemente salir así con esas marcas que parecían –en su mayoría– mordidas de un perro.

— No puede ser.— murmuró todavía atónito.

Le gustaba como se veían, lo hacían sentirse deseoso y no tan ¿Inexperto o feo? No lo sabía pero era una mezcla de ambas. Pero eran más fáciles de esconder con el cuello de la camisa del uniforme que usa con más frecuencia, más no con la de deportes.

Ahhhhh, y como si fuera poco, el profesor decidió que iba a juntar a todos los de su sección con la de 4-B, en español, en la sección en la que está su hermanastro.

¿Porque le dice así después de que le-...

— Sunoo, ya vamos a comenzar.— Jungwon golpeó la puerta del cambiador en el que estaba.

— Won, ¿Puedes pasar un momento?

— ¿Tienes algún problema o te sientes mal?— preguntó en un tono bajo.

Rodó sus ojos con un tono rosa suave en sus mejillas, claro que no iba a decirle del todo lo que pasaba si seguía afuera. Alguien podía escuchar.

— Solo pasa, no jodas.

Le quitó el pasador a la puerta para dejar que su azabache amigo pasará con una ceja alzada con despreocupación pero entonces abrió sus gatunos ojos asombrado por lo que estaba viendo.

— Vaya.— silbó— Al tuyo si que le gusta marcar territorio.— se burló.

No todos los días tenía la oportunidad de molestar a Sunoo.

— Jungwon, ayudame y cierra la boca.— bramó con molestia, bueno, más bien algo de penita.

— Tienes suerte, hoy me traje por accidente el maquillaje de mamá porque pensé que era mi estuche de colores.— menciona, al poco tiempo regresó con él— ¿A quien se le ocurre comprar cuatro estuches iguales para cada integrante de la familia?— pregunta con diversión, aplicando un poco de la crema en las marcas con pequeños toques.

— Deja a Daniel en paz.— rió por las cosquillas— Y gracias.

— De nada, ahora vámonos antes de que el profesor termine de perder su "valiosa" paciente— sugiere.

Ese día estaba haciendo un calor infernal afuera, al parecer el sol se había puesto de acuerdo con las voces de las personas en la cancha para así hacer que el ambiente fue extremadamente sofocante y cansino.

Su abuela siempre decía que si hacía calor, entonces el bullicio solo era otro medio más para que un pequeño lugar como un clóset se convirtiera en un horno de leña antiguo en cuestión de segundos. Eso se lo dijo por primera vez un día en que fue con ella al banco, iba a retirar dinero en efectivo y habían demasiadas personas que se chocaban unas con otras, apenas lo recordaba pero nunca iba a poder olvidar lo abrumado que se sintió en ese sitio.

Sin embargo, al final del día su abuela le compro un helado de choco-menta y pudo olvidarse de todos esos males que pasó en el banco. Extrañaba a su abuela.

𝐒𝐭𝐞𝐩𝐛𝐫𝐨𝐭𝐡𝐞𝐫𝐬『ˢᵘⁿᵏⁱ』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora