𝐒𝐭𝐞𝐩𝐛𝐫𝐨𝐭𝐡𝐞𝐫𝐬『ˢᵘⁿᵏⁱ』

☾ ˚˖ 32 ˙﹒°

No recordaba con exactitud como es que todo había terminado así, con su madre dándole una fuerte cachetada y Yuta lo miraba como si estuviera enfermo, Ni-ki había dejado el comedor y él, pues, estaba llorando en silencio mientras escuchaba los insultos de su mamá.

¿Había sido una mala idea?

No debió escaparse con Ni-ki aquella noche.

Porque de alguna manera, los mayores se enteraron y fue gracias al vecino que les había dicho pero Yuta y su mamá no estaban taaaan molestos por eso, sino porque alguien les habia dicho y enviado pruebas de que lo vieron besar a un chico de una manera comprometedora.

Sunmi tenía unas fotos que lo demostraban, en una estaba con Jungwon en la sala cuando estaban bailando y en la otra estaba en el pasillo con Ni-ki pero en ambas era él quien se distinguía mejor.

— ¡¡Contestame cuando te pregunto algo, Sunoo!!

— M-mamá-

— ¡No! No me llames así otra vez.— negó con los ojos rojos por las lágrimas de rabia que corrían por sus pómulos— Y-yo no te crié así. Traté de ser buena contigo, darte lo mejor ¿Para que tú me vengas con eso?

— Solo fue un malentendido.— se apresuró en decir, poniéndose de pie.

— ¿Un malentendido?— rió— No es como si fuera la primera vez que me dicen algo así de tí.

Su mandíbula cayó en cuanto escuchó eso, su labio tembló y toda palabra que antes invadía su garganta desapareció. Tenía miedo, nunca pensó en que su mamá reaccionará así, por eso trato de ser lo más discreto que pudo pero eso no fue suficiente.

— Dímelo de una maldita vez.— bramó, observándolo con odio desde su lugar.

Sunoo solo soltó un sollozo por el miedo que lo invadió en ese momento. Era un cobarde.

Le asustaba ver a su madre tan enojada, nunca la había visto así hasta donde recordaba, lo había regañado una que otra vez pero sin alzar su voz. Ahora no solo le estaba gritando sino que lo había golpeado unas tres veces en un lapso de veinte minutos.

— Sunmi, deberíamos dejar esto para después.— Yuta intentó llevarla lejos del chico, pero ella lo alejó.

— No hasta que me responda.

— Sunmi...— suspiró rendido, no sabía que hacer con exactitud, todo era tan repentino y abrumador que le costaba procesar la situación.

— L-lo siento.— fue lo único que alcanzó a decir cabizbajo, clavándose sus uñas en la piel de su brazo.

Sunmi negó en repetidas veces.

No.

Su hijo no podía ser igual a él, no podía.

Le soltó una última cachetada, que lo hizo girar su cabeza. Soltó un quejido bajo por los rasguños en su mejilla pero más le dolía ver a su mamá enfurecida por su culpa.

— Te me vas de la casa en cuanto termines la secundaria.— finalizó, dejando a un atónito Sunoo que no pudo decir nada más antes y lo único que pudo hacer fue quedarse completamente solo en la sala.

En unos meses terminaba de estudiar en la secundaria.

Tomó el abrigo que colgaba en el perchero y salió de la casa en medio de la fría y desolada tarde, corrió lo más lejos que pudo de su casa hasta un bosque que estaba por allí, se adentró sin mirar atrás, importandole muy poco si se llegaba a perder.

Se detuvo una vez estuvo cerca de un arroyo por el cual el agua transcurría pacíficamente. Se dejó caer en la orilla y lloró lo más que pudo, quería sentirse más vacío de lo que ya se sentía.