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Cortó un par de trozos de papas para añadirlos a la olla con agua hirviendo, en eso llegó el japonés, haciendo que se sobresaltara por que se supone que llegaba más tarde, apenas eran las nueve de la mañana por lo que Ni-ki estaba en clases, su hijo también pero éste último se había estado quedando en casa de su amigo debido a lo ocurrido últimamente.

Tenía que admitirlo, le costaba asimilar el hecho de que le gustarán los chicos, eso era repugnante para ella a más no poder pero extrañaba mucho a su hijo. Se sentía terrible por lo que había hecho por impotencia, era horrible tener que ser así de dura con él cuando se supone que como su madre debía apoyarlo.

— ¿Cariño?

Había estado discutiendo con su esposo más a menudo, debido a que a él no le parecía del todo correcto las preferencias de su hijastro pero a fin de cuentas no es nada tan grave. Lo que más molestaba a Yuta es lo que había estado observando últimamente.

Una cosa es que Sunoo fuera gay pero... Joder, eso ya era pasarse de la raya. ¿A cual de los dos se le ocurrió algo tan asqueroso como eso? Sabía que Ni-ki no era ningún ángel pero Sunoo mucho menos y como el mayor debería saber que lo que hacía estaba mal.

Esa mañana aprovecharía para hablar de eso con Sunmi ya que el metiche de su hijo no estaba. Odiaba que fuera tan pero tan atrevido, queriendo meterse en problemas y husmeando en lo que se supone no debería importarle.

Ni-ki era un jodido dolor de cabeza sin lugar a dudas.

Carraspeó para tomar asiento en la mesa del comedor, siendo seguido por la mujer que primero redujo un poco la llama de la estufa para evitar que el almuerzo se quemara o algo así.

— ¿Te sientes mal o..— el otro la interrumpió.

— Tengo un tiempo libre, quiero hablar contigo de algo importante... Pero primero hablemos de Sunoo.— propone con el semblante serio, a lo que esperó su asentamiento para continuar— Bueno, debes ser honesta con él de una vez por todas, Sunmi. Es obvio que se iba a enterar de esto y no debes ser tan cobarde y escapar de la situación.— suspiró con pesadez, quitándose sus lentes, dejándolos a un lado para volver su mirada seria a ella— Por más que sea, él es tu hijo y es tu responsabilidad como madre hacerte cargo de él porque si no querías enfrentarte a esto, debiste dejárselo a su papá.

— Soobin no iba a ser responsable.— espetó en un tono cortante.

— ¿Eso a quien le importa? Claro que lo era.

— No iba a servir de nada que se lo dejara, Yuta.

— Vas a hablar con él. Por más que te duela aceptarlo, él si era un buen padre y aún si hiciste todo por el bien de él, debiste informarle de todo con respecto a la vida de su hijo.— añade— Como sea, ya va a comenzar la universidad y se puede ir a vivir con él si eso quiere.— puso un dedo delante de Sunmi al ver su rostro indignado— También quiero hablar de algo más pero primero resolvamos el problema con Sunoo.

— No lo llames de esa manera.

Le había irritado el que se refiriera a su hijo como si fuera un problema, apretó sus puños bajo la mesa para fulminarlo con la mirada. Yuta ignoró esto para seguir.

— Pero no quiero que esté en el mismo lugar en donde duerme Ni-ki.— condicionó.

Ella lo miró esta vez confundida, irónica y molesta. ¿Qué tenía que ver con Ni-ki? ¿Acaso cree que se volverá igual sólo por estar en el mismo cuarto que él? Ridículo.

Rodó los ojos con indignación porque esto le pareció absurdo. De por sí era incómodo hablar de esto más a fondo pero ¿Qué es lo que su esposo supone?

𝐒𝐭𝐞𝐩𝐛𝐫𝐨𝐭𝐡𝐞𝐫𝐬『ˢᵘⁿᵏⁱ』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora