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Sus respiraciones se mezclaron de un soslayo, el calor los azotó a la vez que llegaban al límite de sus cuerpos, lo único audible en esas cuatro paredes era el ritmo agitado de sus corazones y los jadeos bajos del pelirosa, quien se recompuso rápidamente y dió una vuelta en el colchón, dejando al otro debajo y sin importarle que el líquido del otro se escurriera a chorros por sus muslos y el hecho de que todavía estaba flácido dentro de él, no le fue impedimento para que comenzará a dar saltos sobre su regazo, metiendo y sacando su miembro una y otra vez hasta que despertó por completo pero el otro seguía todavía algo abrumado por el reciente orgasmo.

— Sunoo, d-debes tomarte un d-descanso.— le sugiere, siendo olímpicamente ignorado por el pelirosa otra vez desde que llegaron.

Sunoo tiró su cabeza hacia atrás, cerrando sus ojos y soltaba gemidos bajos mientras se aferraba a los hombros de Ni-ki, empujando salvajemente el palpitante pene del chico dentro de él, importandole poco si se lastimaba a sí mismo. La primera vez le dolió como el demonio porque de por sí, no entraba por completo pero cuando se dejó caer solo para descubrir su límite, sintió como si la cabeza del pene de Ni-ki tocará su estómago y joder.

No habían hablado desde que llegaron, Ni-ki lo intentó pero solo fue ignorado hasta que entraron en su cuarto y lo primero que hizo el pelirosa fue besarlo de manera necesitada y desnudarse. Sabía que seguía enojado pero si no lo hacía...

Joder.

¿Enserio prefería dañar su relación, romperle el corazón a su novio y pretender que estaba bien con eso cuando lo único que quería era decirle a Sunoo que no tenía opción? Por culpa de ese miedo a que los descubrieran siempre terminaban discutiendo, peleando o desconfiando en el otro.

El hermano de Yunjin los había visto en la biblioteca aquel día y los grabó, le dijo que si no se alejaba de su hermanastro el se encargaría de hacerlo por ambos.

Maldición, nunca debió haber estado con Misuko de todas formas.

— Sun-... Por favor, te estás lastimando.— le repite— Amor...— el chico le interrumpió.

— E-estoy bien.

— N-no te-..

— Ni-ki, e-estoy malditamente... B-bien-.. A-ahmg..

Se estremeció al sentir como golpeaba directamente su próstata, entreabrió sus labios así dejando que los gemidos escaparan sin previo aviso desde lo más profundo de su garganta, eso se sentía tan malditamente caliente y el sonido que provocaba al saltar sobre su miembro teniendo sus nalgas empapadas por el semen solo lograba hacer que quisiera joderse con más rudeza.

— Oh. Joder, Sunoo.— gruñó, tirando su cabeza hacia atrás.

— T-tócame.— tomó una de las manos ajenas y la puso encima de su pezón, el cual pellizco sin pensarlo dos veces— A-ahmg... M-mmg~

La otra mano libre se ubicó en una de sus nalgas, la cual apretó y amasó mientras separaba ambas a la vez.

— ¡A-ah!

Ni-ki se dió vuelta para dejar al otro con su espalda sobre el colchón, dobló sus rodillas y las posicionó encima de sus hombros para comenzar a penetrarlo con ligera precisión, teniendo en cuenta lo débil que estaba su novio aunque no lo dijera.

— ¡Ah! M-más..— las lágrimas de placer comenzaron a caer de sus ojos.

Arqueó su espalda a la vez que un escalofrío recorría su anatomía. Se sentía extremadamente abierto y solo quería que lo jodiera con más fuerza.

— Mmm... Oh, bebé.— se movió con más rapidez dentro y fuera del chico, haciendo que se estremeciera bajo su cuerpo.

Sunoo tembló ante los golpes contra su punto dulce que lo hacían delirar, arañó la espalda descubierta de Ni-ki en cuanto se corrió antes que él.

𝐒𝐭𝐞𝐩𝐛𝐫𝐨𝐭𝐡𝐞𝐫𝐬『ˢᵘⁿᵏⁱ』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora