—Y así fue como le gané 3 chicos mayores en una pelea —presumía un rubio.
—¿Después pasó algo más? —preguntó uno de los estudiantes que rodeaban el escritorio de dicho rubio.
—Vino un gato gigante, los montó encima suyo y después dijo: "Gracias, querido humano. Me encargaré de llevarlos con la reina Perra para que reciban su castigo, nadie se mete con Arataka Reigen, el mejor psíquico del mundo" —dramatizó lo que dijo el supuesto gato—. Así fue como salvé la ciudad de ser bombardeada, fin —se aplaudió.
En la clase de 3-E de la Escuela Secundaria Sal, era común que el chico anterior contase "anécdotas" surrealistas mientras no había profesor por el simple hecho de estar aburrido.
Todos sabían de sobra que no hablaba enserio ya que eso era obvio, pero a los que se les hacía entretenido saber que se inventaba el cuenta-cuentos le seguían el rollo.
El supuesto psíquico podía ser fácilmente considerado por algunos "un payaso de la clase".
—Las drogas te hacen mal —dijo una.
—Modestia aparte —comentó otro.
—¿Me compartes de lo que te fumas? —soltó alguien más.
Entre las personas que tenía cerca el "drogadicto", el único que no había dicho ni pío era el compañero que este mismo tenía al lado. Ese pequeño detalle también era habitual.
—¿Y a tí?, ¿te gustó oír a una leyenda viva contar su gran historia, Seri? —preguntó la autoproclamada leyenda entre algunas risas.
Antes de que el nombrado pudiese responder llegó el profesor de la última hora de clase del día y todos se fueron a sus sitios. Tanto el mismo Arataka como su compañero de escritorio olvidaron rápido la duda del primero, recordaron algo más importante: había tarea de matemáticas y no la hicieron.
—Seri, por tu culpa no me pude copiar de ti —regañó cierto descarado.
—Perdón...
Después de una explicación sobre temas de álgebra que la mayoría de los alumnos olvidó después de un minuto de acabada la clase, los corderitos por fin pudieron preparar sus mochilas para irse a casa.
Un "Seri" esperaba a un Reigen para que este acabase de guardar todo en su mochila, eran los únicos que quedaban en el salón ya que sus demás compañeros habían sido más rápidos.
—Los viernes no abre nuestro club, ¿verdad?—dudó el culpable de que aún no saliesen. Vale la pena mencionar que era viernes.
—Cierto.
—Entonces bien —sonrió el primero, ya con su morral en la espalda.
—¿A qué te refieres?
En la mano, el preguntado llevaba un folleto que se había encontrado el día anterior. Dio una breve explicación de sus intenciones sin dejar al otro oportunidad de leer nada: ir a visitar a un supuesto psíquico a ver que se inventaba para intentar hacerle perder dinero, eran las 14:20 y tenía que llegar a las 15:00.
—No me esperaba que te interesasen esas cosas —sonrió apenado el castaño.
—No es eso, es que no tengo nada que hacer y me aburro.
—Tenemos 3 exámenes la semana que viene —recordó el aún apenado.
—Como dije, no tengo nada que hacer y me aburro —repitió el burro.
El más alto de los dos decidió no insistir, sabía que Reigen sin estudiar aprobaba todo aunque fuera de milagro. En un gesto con la mano le pidió que le pasase el folleto para así poder leer por fin lo que decía.
Lo que llamó su atención fue la dirección del supuesto espiritista/psíquico/posible estafador: estación Pimienta, calle Roja picante, puerta número 15, cuarto piso en la letra D. Mas que de tratarse de algún tipo de establecimiento oficial parecía ser el lugar en donde vivía alguien que recientemente había decidido que quería hacer dinero desde casa, eso en parte lo dedujo por la calidad del folleto.
Lo preocupante era que la estación Pimienta no era conocida por ser muy "dulce". Para simplificar: tenía mala fama por ser peligrosa, eran frecuentes robos o intentos de robos con amenazas incluidas.
—¿Vas con tu madre?
Reigen negó con la cabeza.
—¿Algún amigo mayor?
Reigen volvió a negar con la cabeza.
Katsuya Serizawa creía conocer lo suficiente a su único amigo como para pensar que este no se había planteado alguna posibilidad de peligro inevitable. Sabía que la madre de este era una mujer muy ocupada y que a penas estaba en casa como para controlar a su hijo, sabía también que él no tenía amigos mayores.
Katsuya Serizawa conocía lo suficiente a su amigo como para predecir su propuesta:
—¿Me acompañas?
Si Katsuya Serizawa fuese alguien normal, habría dicho enseguida que esa era una pésima idea y que era completamente irresponsable ir a la casa de un desconocido en un lugar peligroso que se promocionaba de forma sospechosa.
Si Katsuya Serizawa fuese alguien normal, habría estado seguro de que el aparente negocio era una estafa tal y como lo creía Arataka.
En cambio, lo que hizo el "anormal" fue escribirle a sus padres y avisarles que llegaría tarde por estar con Arataka, sabía que si les decía eso no le dirían ningún "pero" ya que conocían al rubio, sus progenitores estaban más emocionados que él por haber sido capaz de socializar un poco así que se eran un tanto permisivos.
"Seri" pensaba que si él también iba no tendría que preocuparse por Reigen.
—Vale —sonrió tímido.
No copien a estos dos, están pendejos ;)
Gracias por leer 😙🍕
897 palabras
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La oficina de Shigeo [Mob Psycho 100]
FanfictionUn adulto honesto que no sabe como hacer que la gente se interese en su negocio de espiritismos. Un adolescente tímido que aunque tiene la capacidad de ayudar en este, no es muy bueno comunicándose. Y por último pero no menos importante, otro adoles...