Tome Kurata desde que tenía memoria había estado interesada en todo lo que pudiese ser "de otro mundo", ella venía de una familia en la que las anécdotas sobre criaturas supuestamente inexistentes y sobre espíritus malignos o amigables eran comunes.
Por esto, desde siempre, había tenido la manía de echarle la culpa a algún tipo de ente por cualquier cosa mínimamente fuera de lugar que ocurriera en su alrededor. También le gustaba la idea de poder tener razón respecto a esto.
—Nosotros nos encargaremos de los espíritus malvados, Espíritus y demás es una compañía de confianza, no olvides recomendarnos a tus amigos cuando acabemos —anunció Reigen como si fuese famoso, mientras jalaba la manga del traje del señor Kageyama y miraba a Serizawa —Seri, tú cuida del gato —sonrió.
—Gracias, Dazai —respondió Kurata, refiriéndose al rubio que recién habló.
Estaban en el piso de la mencionada mujer, por lo visto el problema que le afectaba no era algo que le molestase a ella, sino a todos los demás vecinos que vivían en su mismo edificio. En resumidas cuentas, les pidió ir a su casa no para explicar su problema, sino para que lo arreglen.
Además, ella no sería quien pagase nada, si no todos los demás residentes de su bloque.
—Pero si así no te lla... —antes de que el adulto pudiese acabar de hablar "Dazai" hizo un gesto de despedida con la mano y cerró de golpe la puerta que dejaba entrar al apartamento, este había sido capaz de dirigir al mayor al pasillo con antelación.
Esto dejó a tres individuos solos en el salón de la clienta: ella misma; un niño que en ese momento parecía mudo y un gato parlante, todos sentados en el sofá sin decir ni miau. Hoyuelo estaba en el medio, Tome en su lado izquierdo y Katsuya en el derecho.
Tome pensó en intentar hablar un poco con el otro ser humano presente, pero como este parecía estar demasiado nervioso descartó la idea. Por esto, se fijó en el gato que estaba sentado como un humano en su sofá.
El animal tenía pelaje gris y con rayas negras, ojos verdes y grandes, era delgado y estaba un poco sucio, además sus mejillas tenían círculos rojos. Era obvio que estaba descuidado.
—¿Qué tanto me miras? —cuestionó el "gato".
Tome Kurata había olvidado por un momento el minúsculo detalle de que el gato podía hablar, su voz no le pegaba. A pesar de ser un minino, no era tierno.
—¿Cómo es que puedes hablar?
—Hablando.
—Ya pero, ¿por qué?
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La oficina de Shigeo [Mob Psycho 100]
FanfictionUn adulto honesto que no sabe como hacer que la gente se interese en su negocio de espiritismos. Un adolescente tímido que aunque tiene la capacidad de ayudar en este, no es muy bueno comunicándose. Y por último pero no menos importante, otro adoles...