La oficina de Shigeo [Mob Psycho 100]

Capítulo 18: Rapunzello

¿Por qué Shimazaki había estado faltando?, ¿por qué quería ver a Reigen en privado?

Las razones de estos eventos se deben a todo lo que había pasado desde el jueves en que Ryo Shimazaki confirmó que cierto espíritu no era producto de su imaginación.

Estaba solo en casa, sus padres salían a trabajar temprano.

Había desactivado sus alarmas y había dormido de más, ya se le había hecho muy tarde como para ir a clase.

Aún podía ver al perro.

Aún podía ver a Doki.

No sabía si esa cosa parlante contaba como un perro realmente.

Por un momento Shimazaki pensó que podría estar teniendo un sueño dentro de otro sueño, pero la cachetada que se proporcionó a sí mismo para comprobar esta teoría fue más que suficiente para entender que estaba despierto.

—Hasta que por fin despertaste mamoncito, qué feo estás —le cantó el "chucho".

Shimazaki estaba tentado en volver a acostarse e ignorar al "bicho" que le había arruinado la mañana, pero, desgraciadamente, tenía ganas de ir al baño. Al final se obligó a desperezarse un poco.

El disque fantasma lo siguió en su trayecto y empezó a hablarle de una novela colombiana de la que no había oído hablar en su vida mientras hacía pipí.

Menos mal Doki parecía ser un "perro" macho.

—Entonces, ¿qué carajos quieres? —le interrumpió el humano ahora en frente del lavamanos, se acababa de lavar y tenía la mirada fija al espejo que tenía en frente.

—Que Betty se cambie ese peinado de mierda, hasta un ciego vería que no le favorece nada.

—Hablo de para qué viniste, no seas bruto —suspiró Ryo, teniendo que voltearse para ver al espíritu ya que no podía verlo en el reflejo del espejo.

—Bruto serás tú, animal —se burló Doki —En principio solo venía a ver Mobflix con tu mami, bebé grandote, pero el que me puedas ver me viene como un hueso —ensanchó una gran sonrisa, una en la que se veían todos sus dientes.

Aunque el chico no lo quería admitir, la cara que ponía Doki le hizo gracia.

Lo que no le hizo gracia fue que usase el apodo que su madre usaba con él.

Como se imaginaba que si se quejaba de eso el "animal" se burlaría más de él, decidió pasarlo por alto.

—¿Por qué te viene bien? —fue lo único que se le ocurrió preguntar, aunque no pudo evitar mostrar una mueca.

—Porque el no intentar hacerlo acabó ayudándome con el que se supone que es mi trabajo —el espíritu seguía con aquella sonrisa graciosa, pero su voz ya no era tan bromista ni intencionalmente irritante como lo era pocos segundos atrás.

Shimazaki miró al fantasma con el ceño fruncido, ahora confundido.

—No te entiendo nada.

—Te explicaré cuando parezcas alguien decente, te ves peor que una mierda —le canturreó Doki de vuelta.

Ojeras, cabello despeinado, una camisa blanca de manga corta que le quedaba grande y unos shorts naranjas de Doraemon bastante estirados por el uso.

Por mucho que le molestase, Ryo Shimazaki coincidía con Doki, no estaba en sus mejores pintas en absoluto.