La oficina de Shigeo [Mob Psycho 100]

Capítulo 10: Mierda verde

—¿¡TÚ QUÉ HACES AQUÍ!?

—No te preocupes, yo tampoco me alegro de verte.

Miércoles, Escuela Secundaria Sal, primera hora lectiva del día, la primera asignatura era Lengua y el primer evento destacable que ocurrió en la clase de 3º E fue el hecho de que parecía que cierto rubio parecía haberse vuelto esquizofrénico de golpe.

—Ellos no lo ven —le susurró "Seri" al "cierto rubio".

Esto hizo que el escandaloso recordase en donde estaba, todos sus compañeros de aula lo estaban mirando. Se puso nervioso.

—Arataka Reigen, ¿podría hacerme el gran favor de no interrumpirme y mucho menos gritar en plena clase, por favor? —llamó la atención la profesora, quien estaba explicando algo sobre sintaxis en la pizarra —¿O quiere que lo mande a dirección?

—Perdo-

—Que tipo tan irrespetuoso, ¿cómo lo aguantas Serizawa?, ¿no es mala influencia? —se burló el espíritu, Serizawa le frunció el ceño.

Arataka Reigen era lo suficientemente listo como para saber que el fantasma solo lo estaba provocando.

Pero, Arataka Reigen también era lo suficientemente estúpido como para responder igual, ya era costumbre.

—Mierda verde ahora no es el momento, ¿podrías cerrar el pico?

Obviamente, el chico se estaba dirigiendo a Hoyuelo.

Obviamente, la profesora esto no lo sabía.

El que dicha profesora estuviese toda vestida de verde no ayudaba a que fuese posible explicar el malentendido.

Miércoles, Escuela Secundaria Sal, primera hora lectiva del día, la primera asignatura era Lengua y el segundo evento destacable que ocurrió en la clase de 3º E fue que Arataka Reigen fue enviado a dirección y se le fue otorgado un reporte por "faltar el respeto".

—Entonces, para resumir, te dan miedo los gatos y viniste para molestar mientras escapabas de uno.

—No me dan miedo.

—Ajá, y yo no estoy perdiendo patio por tu culpa —respondió el humano sarcástico.

Hoyuelo y Reigen estaban solos en el salón, nadie del profesorado tenía ganas de perder su rato libre para vigilar al último por lo que la maestra que lo castigó simplemente lo amenazó diciéndole que si se enteraba de que había salido durante el recreo le pondría un examen sorpresa que contaría el 99% de su nota.

Incluso si era una mentira muy obvia, no quería arriesgarse.

—Eso te pasa por idiota —rió el fantasma.

Reigen intentó darle un puñetazo, no pudo.

—¡Mosca asquerosa!

—¡Qué no me llames mosca!