La oficina de Shigeo [Mob Psycho 100]

Capítulo 3: Y así se juntaron nuestros protagonistas

—¿Hay alguna mosca ahí? —dudó Reigen, fijándose en la dirección en la que dirigía su mano su amigo.

Este negó con la cabeza.

—Perdona, hace mucho que no veía a uno poderoso... o que solía serlo— "explicó" en un susurro.

—¡¿Cómo que mosca?!, ¡¿este crío me acaba de llamar insecto?!— Otra vez, Reigen no escuchó.

—No lo dijo con mala intención, ni siquiera te ve — dijo Serizawa alzando un poco la voz, confundiendo aún más a Reigen, quien pensaba que el castaño había empezado a hablar solo.

Shigeo Kageyama se había limitado a observar la escena.

—Niño-, digo adolescente, ¿puedes ver a Hoyuelo? —Cuando el adulto preguntó, Katsuya se volteó al frente, se congeló y volvió a su estado de "mudo".

—¿Quién le pone nombre a una mosca? —rió Arataka, sin entender nada.

—Serás... —amenazó Hoyuelo al que no lo escuchaba.

El adulto quiso intentar repetirse ante el "mudo", pero solo un vistazo a su cara fue suficiente como para hacerle entender que este no tenía muchas ganas de responder.

Desgraciadamente, entendió a medias. El verdadero problema era que a este no se le daba especialmente bien hablar con la gente.

—"Seri", ¿no es así? —copió el apodo del rubio, dudoso—. Lo siento si no era algo de lo que te guste hablar, entiendo que a veces son problemáticos. —Miró por un instante al espíritu presente, quien daba puñetazos inefectivos al chico rubio, después volvió a dirigirse a Serizawa— No estás obligado a responderme nada —sonrió.

Mientras que el señor Kageyama intentaba ser amable, Arataka Reigen estaba muy ocupado intentando ver una mosca inexistente como para enterarse del comportamiento de los dos que si tenía la capacidad de ver: se había levantado de la silla y estaba siguiendo algo que no veía por el salón, dicho algo se burlaba de él mientras tanto.

Se sorprendió al oír a alguien llorar, al girarse de vuelta pudo ver que era "Seri". También pudo ver lo confundido que estaba el adulto.

Sin decir palabra volvió a su asiento.

Una mirada al desconocido y una mirada a su amigo.

—Seri, ¿debería intentar pegarle o estás bien? —cuestionó Arataka, bastante tranquilo.

El castaño se levantó, se limpió las lágrimas y después fue a abrazar al adulto.