CAPITULO XXVI

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Mientras nos dirigíamos hacia el salón real donde debíamos esperar al Rey custodiado por los guardias Daemon se acercó ligeramente a mi.

-Pase lo que pase confía en lo que yo haga Rahenyra.
-Pero Daemon...
-Rahenyra aléjate de Daemon ya mismo-dijo mi madre mientras caminaba detrás de nosotros.

Sin oportunidad para hablar más entre nosotros llegamos al salón real y ahí nos quedamos Daemon, la reina y Alicent que se estaba divirtiendo con la situación, cuando de pronto se anunció la llegada del Rey, y cuando lo vi pude notar lo enojado que estaba con la situación; caminando muy vehementemente se dirigió a su trono y una vez ahí se dirigió a nosotros.

-¿Que es exactamente lo que sucede Aema?
-Alicent se enteró por unos rumores que entre Daemon y Rahenyra estaba pasando algo y esta noche al verlos escabullirse se armó de valor y vino a contarmelo- dijo mientras colocaba la mano sobre el hombro de Alicent como si ella fuera una salvadora- cuando me enteré fui a corroborar si era cierto y no encontré a ninguno de los dos en sus aposentos o en algún otro lugar del palacio, y horas después llegaron muy campantes como si nada hubiera pasado.
-¿Alicent quien te dijo el rumor del que habla Aema?
-Fue algo que escuché por las cocinas- dijo la muy estúpida mirándome de reojo, era obvio que luego de nuestra discusión de la mañana me había seguido y había escuchado la conversación con la cocinera, pero aún así no se como se pudo haber enterado de que era para una salida con Daemon a menos que nos haya estado espiando y nos haya visto salir.
-Esta bien Alicent, agradecería que guardaras el secreto de lo que paso hoy y no se lo cuentes a nadie.
-A sus órdenes su majestad-dijo fingiendo lealtad a mi padre.
-Ahora te agradecería que nos dejes solos para poder resolver este asunto.
-Si su majestad.
Y mientras salía del salón pide notar su mirada burlona ante la situación, esta era su venganza por lo de esta mañana no cabía duda de ello.Cuando por fin se hubo ido fije mi vista en mi padre rogando por una salida a esta situación.

-Daemon tu y yo hablamos hoy y parece que no escuchaste mis palabras o si las escuchaste no te importaron en lo absoluto ¿verdad?

No entendía las palabras de mi padre por lo que voltee a ver a Daemon el cual no se encontraba nada alterado o sorprendido por las afirmaciones del Rey, por lo que podía deducir que había algo de lo que me estaba perdiendo y probablemente sea algo grave a juzgar por la actitud de todos.

-¿Tu estabas enterado de esta situación Viserys?-pregunto mi madre conmocionada y muy enojada.
-Me enteré hoy de las intenciones de Daemon de participar en el torneo por la mano de Rahenyra
-Me imagino que te habrás opuesto a esta ridiculez.
-Le advertí que se aleje de ella o lo desterraria.
-Bien, espero que se vaya lo más lejos posible.
-Noo-exclame ante tal anuncio, no iba a permitir que todo lo que habíamos logrado se vaya por tierra aunque tuviera que sacrificarme para ello- no puedes hacer eso padre, es tu heredero y lo declaraste así hace solo algunas horas.
-Rahenyra, Daemon dijo que ambos querían casarse ¿acaso no es cierto?

No sabía que debía de hacer si defender nuestro amor, aunque eso significara que el pierda la Corona.

-Viserys no tienes porque interrogarla, fui yo quien te dijo que quería participar en el torneo.
-Esto es entre mi hija y yo Daemon, debo saber lo que ella piensa de esta situación para tomar una decisión definitiva a lo que conversamos hoy.
-¿Es que estas considerando aceptar esta situación Viserys?
-Aema ya había tomado una desicion y Daemon la sabe, pero quiero corroborar que estoy haciendo lo correcto con la respuesta de nuestra hija.
Iba a decir que olvide que Daemon pidiera participar en el torneo y que conserve su título, pero recordé las palabras de Daemon antes de llegar aquí y con una última mirada hacia el encontré la respuesta que esperaba fuera la correcta y no perdiéramos todo lo que habíamos logrado.

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