Era un lastimero escenario que el sol opacaba con su radiante presencia. Algunas zonas alcanzadas por el fuego abrasivo dejaron en mal estado las flora, oportunamente el animal había alcanzado a salir de la invasión pero en un estado tan vulnerable que no pudo ir más lejos.
Ahí estaba, inerte y silenciosa tumbada en el suelo observando con una cautela a los que encontraron. Naturalmente estaba inquieto, con una herida que incapacitaba y era un blanco fácil para depredadores solo dignó a levantarse con mucho esfuerzo para intentar huir, sin embargo sus movimientos bruscos llevaron al lobo retroceder alerta viendo como tropezaba el borrego un par de metros adelante.
—Está asustado y débil, tiene gran valor para seguir luchando por sobrevivir —aludió Eijiro notando la herida en el vientre del animal y recordó las palabras del rubio. —¿Acaso ya la conocías?
—Sí, cuando fue la prueba de valía hace un año tuve un cruce con su compañero.
Katsuki acercó poniéndose de cuclillas frente al animal herido. Sus ojos escarlatas acecharon prestando atención a la condición mientras llevaba una mano dentro de su mochila, el borrego como respuesta también le observaba con atención, las fosas nasales dilataron olfateando curioso hasta que tuvo una reacción adversa y por fin soltó un balido con un volumen doloso.
—Ah, ¿así que por fin me reconociste, cabeza hueca? —reclamó con cierta indignación sosteniendo una de las astas del borrego y pronto descendió su mano abriéndola para que tomara unos granos de cereales con su hocico.
El animal había relajado por fin, su guardia bajó al sentirse más seguro por lo que descendió su cuello al suelo con cansancio. Katsuki tomó la oportunidad para inspeccionar su cuerpo y ver las lesiones que portaba.
—Kirishima, ¿ya terminaste tu mandado por acá no?
—¿Eh? —Balbuceó el pelirrojo asomando por encima del hombro de Katsuki para ver como atendía al borrego. —Sí, supongo... debo reportar a detalle esto, aunque asumo que Hawks notificó al jefe.
Ni siquiera dejó terminar lo dicho por el otro cuando ya le había encomendado un encargo más.
—Vuelve a tu aldea y llévate a Horn contigo. Cuídalo hasta que sane —ordenó arrojando un frasco a las manos de Eijiro, que hizo malabares torpes al atraparlo para que no cayera.
—¿Qué me lo lleve? ¿Cómo se supone que voy a llevarlo con todo lo que traigo encima también? —Señaló su pequeño equipaje al hombro y la canasta a su espalda con redes y su pesca.
—Usa el trineo.
Eijiro parpadeó anonadado de lo que acababa de oír.
—¿Disculpa...? —Fue lo que pudo decir aun carburando todo. —Oye, ¿y qué se supone que vas a hacer si me voy a llevar la mayoría de tus cosas? ¿Seguirás yendo al sur en busca de aldeas o acaso...?
—Voy a encontrar a su maldito compañero irresponsable y darle una paliza por haberlo dejado aquí —declaró contundente.
—¿Qué te hace pensar que anda por ahí? ¿No viste como quedó Derkhan? Debe estar muerto.
—Está vivo. Estoy seguro de eso.
Una respuesta aplastante que no tenía fundamentos, pero la mirada con seguridad de Bakugo dejó sin habla a Kirishima, el cual solo enarcó una ceja dubitativo sin entender cómo empezó esa terquedad repentina de anular completamente su misión inicial para rastrear a alguien que ni siquiera era de su aldea.
La excusa indignante de que abandonó a su compañero guardián para escapar no le parecía del todo cierta. En general cualquiera lo consideraría ruin, ya que los vínculos que se forja con un animal eran puros y para bien.
ESTÁS LEYENDO
Horn & Fang [BkDk]
FanfictionOrgullosas y poseedoras de una independencia feroz, las tribus del norte son consideradas salvajes, ásperas, en especial por los diversos rituales que se llevan a cabo, entre ellos la prueba de valía donde los envían a enfrentar por cuenta propia la...