La soberbia del borrego

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Las zonas templadas cosechaban unas bajas temperaturas que daban indicio de que el invierno persistiría. Tras los dos días que marchó con el pequeño par de acompañantes, por fin Katsuki arribó a Eira. Una región con desperfectos y desechos de una aldea destruida hace bastante, cualquier persona que no conociera la costumbres no sabría la segunda opción que albergaban los sobrevivientes. 

Ahora mismo era guiado por los hermanos pequeños que sabían como la palma de su mano esa zona. Unos kilometros más allá en montañas donde comenzaba la nieve acumular percibieron un sendero que poco a poco se estaba cerrando hacia unas cavernas mineras, tal parece y no llegaron tarde.

 Unos kilometros más allá en montañas donde comenzaba la nieve acumular percibieron un sendero que poco a poco se estaba cerrando hacia unas cavernas mineras, tal parece y no llegaron tarde

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Tras una búsqueda en las muchas entradas estilo colmena de esa mina supuestamente abandonada por fin dieron el objetivo. Ambos niños corrieron con toda la estamina posible para llegar más rápido hacia aquella persona que asomó.

—¡Hermano mayor! ¡Hermano Rody! —Gritaron al unisono saltando a abrazarlo emocionados.

El sujeto de cabello castaño y una pequeña coleta recibió esa estampida dichoso sin importar ser derrumbado con los chicos pequeño que lloraban sin parar.

—¿Dónde se habían metido? Soy el único que no ha avanzado por quedar a buscarlos hasta que el sendero cerrara —refutó el mayor estrujándolos en su brazos emocionado. —¿No están heridos?

—Estuvimos encerrados en una área de Raner —respondió Lala frotando sus lágrimas en las ropas de su hermano.

—Pero hubo un muchacho que también fue prisionero y nos ayudó a escapar —complementó el otro hermano.

Rody ablandó su reacción ante el inminente estrés y preocupación que sufrió por no saber de sus hermanos menores, desde su desaparición y no encontrar ni un rastro de ellos. Sus ojos estaban acumulados en lágrimas que procuraba mantener para darles mayor seguridad.

La atención elevó hacia un misterioso hombre rubio que estaba a unos metros a merced apreciando ese reencuentro.

—Entonces fuiste tú, no tienes idea de como te lo-...

—No, no fui yo —interrumpió Katsuki indulgente.

—Fue otra persona, aun así Bakugo-san nos ayudó también a llegar aquí antes de que los glaciares cerraran el sendero de Eira —dijo Roro reincorporándose a un lado para que Rody sentara con la menor en su regazo.

—¿Estás solo? ¿De dónde eres? —Interrogó confuso de ver al forastero.

—Pino, ¡me alegre que estés bien! —Mencionó emocionada la niña notando al gorrión de colores claros que salía del abrigo de Rody en el cuello, se estaba refugiando del frío.

El ave saltó aleteando a los brazos de la niña con un silbido elegante.

—Sí, él también estaba preocupado por ustedes —anexó Rody con un suspiro agradable.

Horn & Fang [BkDk]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora