Mirada fúrica

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Esa mañana continuaba Nana Shimura descansando dentro de esa cueva, sus heridas fueron tratadas pero no era suficiente para levantarla por sí misma.

La mujer miraba con aburrimiento y un pensamiento transcurría cada minuto sobre los posibles tratos ocultos que la llevaron a esa condición.

El sonido crepitar de unos pasos la alertaron levantando la mitad de su cuerpo con un respingo por esperar intrusos no deseados, sin embargo, su gesto pausó al ver que se trataba de Izuku, más no iba solo, también llegó tras él un hombre de cabellera rubia y ojos rojizos.

―Señora Nana, traje lo necesario para tratar sus heridas adecuadamente.

Saludó Izuku con su botín de hierbas en brazos, Nana suspiró tomando asiento con cuidado y observando con atención a los nuevos inquilinos.

―Veo que no fue lo único que trajiste.

―¿Recuerda la persona que mencioné, la cual me ayudó y le pedí que se quedara en la aldea? Es él, es Katsuki.

―Claro... ―refirió Nana mirando a Horn en la entrada―, también encontraste a tu guía. 

Izuku rio nervioso y desvió la mirada hacia su costado donde estaba la silueta de Fang.

―No, de hecho Horn es guía de Katsuki ―respondió con una voz bajita e indulgente mientras preparaba lo que iba a utilizar como medicina. Katsuki le cedió unas cosas para facilitar el moler las hierbas.

Nana parpadeó algo aturdida por escuchar eso, analizó a Katsuki y después de Horn.

―Chico, ¿de dónde vienes?

―De Vaarja.

Al oír la respuesta Nana relajó con un suspiro dejándose atender por Izuku, pero Katsuki fue oportunista o más bien impaciente para llegar al fondo de una vez.

―Tu aldea ha estado saqueando otras, desde mi pueblo lo escuché. Encontré varias destrozadas en mi camino y tengo testigos de que eso es real, la última que fue atacada fue Skeggold pero pudo mantenerse de pie.

Izuku se quedó en blanco y paralizado por escuchar que Katsuki escupió todo sin pudor. Quería mencionar todos esos inconvenientes pero con tiempo y cuando terminara de tratar las lesiones de la líder de Alvirt.

La faceta seria de Nana resopló con una pequeña queja por el estímulo doloroso en el brazo que Izuku estaba administrando extracto de hierba.

―¿Conociste a Yoichi? ―Fue lo único que Nana pudo preguntar. Katsuki asintió.

―Me ayudó con cierto problema que tenía.

―¿Hanahaki?

Katsuki alzó una ceja y cruzó sus brazos para recargarse al muro pedroso. Izuku formuló una mueca en labios que no pasó desapercibido por Nana.

―Sí, algo así, además de darme cuenta de mi guía real encontré un tesoro, así que puedo volver a Vaarja.

―Oh, eso suena emocionante. Raramente se logra llegar tan lejos como para encontrar algo así, ¿puedo saber que fue?

Katsuki espetó una sonrisa ladina. 

―A Izuku.

Respondió sin una pizca de vergüenza y completa seguridad, por otro lado, Izuku cerró los ojos con fuerza y un súbito rubor afloró en sus mejillas.

―¿Qué? ―Nana ladeó la cabeza confusa.

―Encontré la semilla del hanahaki que creó y se la devolví. Deku volverá conmigo a Vaarja y entonces voy a...

Horn & Fang [BkDk]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora