Contra el ursino

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El destino se define como un camino irremediable por el cual debes ir sin opción, solo dejarte llevar hasta lo que se condena tu experiencia, ya sea para bien o para mal. Los animales que lograban adquirir una cercanía con una persona son el potencial de remover ese supuesto destino a diversas opciones, en gran parte a la mejor para su compañero. Con el pasar de las eras han logrado adaptarse a los percances.

No se debe subestimar la intuición que tienen los animales.

Izuku ante la orden que le dio su socorrista de permanecer con un perfil bajo y auxiliado por el lobo no tuvo mucho por hacer. Los demás ya se habían retirado, quedó completamente desolado.

Las pequeñas oportunidades de congeniar con unos niños forasteros, Roro y Lala que no excedían de los seis años, a pesar de la corta edad tenían muchos conocimientos de supervivencia alardeando que un hermano mayor les había dados indicaciones a situaciones de emergencia.

Tenía la dicha de que pudo ayudar a esos infantes, restregando una sonrisa de gratitud e implorarle que tuviera cuidado al momento de despedirse horas atrás.

Las palabras benevolentes de ellos por reconocer su valía conllevaron a relajar en una sonrisa dilatada enternecido de que pudo proteger la felicidad en otros.

Permaneció sentado sobre unos troncos cortados en leños sucumbido en muchos pensamientos, había perdido muchas cosas en esos últimos días, seres queridos, su hogar, en su mayoría el estilo de vida que manejó...

Mentalmente agotado al no tener un sitio donde volver solo le hacía querer recostarse plenamente en ese lugar y quedarse ahí por la eternidad. Su motivación para escapar de seguir como prisioneros de guerra en Raner fue el volver a Derkhan, tenía una esperanza mínima en que lograran sobrevivir, pero toda su causa esfumó con la triste noticia de Bakugo.

Ni siquiera la venganza o investigar motivos que dieron al asalto mancillaban su cabeza, estaba fatigado y en completa resignación.

Todavía existía una pequeña flama de certidumbre pese a todo lo que había sufrido, Horn logró ser salvado, debía ir por él. Le preocupaba su compañero que supuestamente estaba en buenas manos y también necesitaba un indicio de saber que hacer, ya que sus motivos para vivir estaban desvaneciendo sin una aldea, una familia, un hogar que esperarte...

Un sonido particular de los arbustos propició que abriera su vista girando de reojo, se trataba del lobo que aproximó a un par de metros de su presencia.

—¿Sigues aquí? Yo esperaba que fueras más cercano a tu compañero... ¿estás seguro de querer que vaya solo a dejar a esos niños? —Insistió con sutileza a pesar del desanimo que escapaba en su tono indiferente.

Evidentemente no tuvo una respuesta y al no tener muchos encuentros no sabía cómo interpretar a la bestia, la cual acercó de una manera un tanto pasiva-agresiva sin apartar sus ojos color ocre del joven.

—Debo ir a Thrud a saber de Horn. No estoy seguro como me recibirán con todo lo que ha pasado, después de todo soy el único superviviente de Derkhan y ahora un fugado de las prisiones de Raner —afligido llevó sus manos al rostro con derrota desmotivado de continuar.

Un gruñido fue efectuado por el lobo, el cual sin ningún sobre aviso abalanzó tomando uno de los antebrazos de Izuku entre sus fauces.

—¡Duele! ¡Basta! —Reclamó con pavor de percibir los largos colmillos, sus exigencias fueron más un reflejo de la sorpresa que se llevó del ataque, sin embargo, los reclamos culminaron al darse cuenta que era sostenido con sutileza sin atravesarlo.

Sus ojos berilo observaron atento como Fang lo jalaba para impulsar a ponerse de pie con la delicadeza de no dañarlo con su agarre sobre sus prendas. En seguida lo soltó y la bestia comenzó a andar por una dirección retomando su vista hacia Izuku como si estuviera esperando que lo siguiera.

Horn & Fang [BkDk]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora