Capítulo 15

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Mate en mano, Lionel observa la vida que transcurre por la ventana del luminoso living. Sólo que esa mañana, los nubarrones amenazantes que se avecinan anuncian una inminente tormenta. La luz difusa del sol colándose entre las nubes le da un aspecto sombrío a la ciudad en pleno sábado.

El moretón de su mejilla es casi imperceptible. Enfriarlo inmediatamente sirvió. Pero el dolor interno de ese momento aún sigue latente como si hubiese sucedido hace un minuto.

Lionel toma una silla cercana y se sienta, de frente al ventanal. Deja el termo a su lado en el piso y sostiene el mate entre ambas manos. Lo que venía controlando relativamente bien se desplomó todo en cuestión de segundos. Lo que intentó construir con Pablo ya no tiene remedio. Él lo odia, y con justa razón, y él no puede reclamar nada de lo que nunca fue suyo en primera instancia. Se reclina hacia atrás en la silla dejando caer su cabeza contra el respaldo y cierra los ojos. Las yemas de sus dedos se deslizan cariñosamente sobre las iniciales del Club Atlético Sportivo Matienzo grabadas en el mate, de su pequeño pueblito Pujato, su querida tierra natal. Si las cosas pudiesen ser tan simples como en aquellos tiempos de su niñez. Jugar con los amigos del barrio a la pelota, los asaltos y los primeros bailes lentos con las chicas, su primer beso con un chico a escondidas, las salidas de joda los viernes con sus amigos, el primer viaje a Buenos Aires, su primer trabajo. Pero la vida la pasó por encima y esas épocas más dulces quedaron en el recuerdo. Ahora enfrenta una realidad dura como un frío mármol, en donde debe debatirse entre su libertad y su obligación con su vida profesional.

Este viaje le regaló uno de los momentos más inolvidables. Conocer a Pablo a nivel más personal, convivir con él y descubrir sus gustos, reír con sus chistes y dormir bajo el mismo techo le devolvió la fe en la humanidad. Personas como él merecen todo lo mejor que este mundo puede ofrecerles evitando el mayor daño posible. Como seres humanos nacimos para sufrir. Cada paso que damos está definido por un acontecimiento que nos marca a fuego y en la mayoría de los casos, una mala experiencia es la que queda como portada de aquel evento. A la distancia podemos poner en perspectiva todo e incluso revalorar lo que nos sucedió para poder crecer, que es lo más lindo. Pero en su momento, cada instante duele a medida que nos quema en el corazón.

Lionel deja de lado aquella noche de alcohol para focalizarse en lo que vino después. Las miradas, las actitudes cuidándose el uno al otro, el convivir lo mejor posible dentro de todo lo que sucedió, el sinceramiento de cada uno en sus momentos más duros, el compartir un sentimiento que fue creciendo entre ambos. Una pequeña sonrisa agridulce se dibuja en su rostro y vuelve a abrir los ojos para mirar el rio Han a lo lejos.

Se sirve otro mate y arma una tabla mental de pro y contras. Si se casa con la mujer, la empresa crecerá y habrá pagado su deuda con José de toda la vida por darle una vida cómoda y estable para él y, en consecuencia, a su familia. Con todo lo que ganó pudo pagarles las deudas a sus padres, mejorar la casa, cambiar el auto de su padre por otro más cómodo y seguro, pagar una prepaga carísima para cuidar la salud de ellos y sus hermanos, invertir en acciones en la bolsa, comprar su departamento, en fin, tener una vida de lujos. Claro está, todo fue gracias a su esfuerzo, pero con el aval y el empuje constante de José, quien lo apoyaba en sus decisiones y lo guiaba en el mundo empresarial en cada paso que daba.

Por otro lado, está Pablo, que a pesar de tener apenas unos años menos que él, recién se empieza a establecer con algo realmente firme en su carrera laboral. Tiene muchas cosas por vivir por delante y necesita alguien a su lado que se convierta en su pilar. Sea Seung Won o quien sea en el futuro, hará un mejor trabajo de lo que él puede hacer en este momento. Acostumbrado a ser un hombre reservado, Lionel nunca pudo realmente demostrarle todo lo que el chico iba generándole en su interior. Cualquiera podría tildarlo de cagón, y está bien. Pero realmente, no lo merece. Lionel arquea las comisuras de sus labios levemente recordando sus agallas para embarcarse en esta aventura y por todo lo que pasaron juntos.

Cuerpo Extraño (Scaloni x Aimar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora