João, futura promesa del fútbol, jugaba en el Atlético de Madrid junto a su compañero Antoine Griezmann a pesar de estar siempre juntos en aquel mundial en el que debuta el portugués se da cuenta que su admiración por el francés es más que eso. Es a...
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Joao se levantó sobre las 8:30am debido a una vibración del móvil. Antes de fijarse en el aparato su vista se desvió a Griezmann quien estaba dormido junto a él en una posición fetal por lo que dedujo que habían terminado durmiendo en cucharita, esto hizo que se formará una sonrisa embobada en su cara.
Sintió como su iPhone se vibraba haciendo que el ibérico volviera a la realidad, encendió el móvil. Su rostro se volvió blanco como la nieve, parecía que había visto un fantasma pero no estaba muy lejos de la realidad, pues, tenía 20 mensajes y 7 llamadas perdidas de la que se suponía q era su novia, Magui.
Joao quería llorar, aquella chica solo le traía desgracia a su vida pero no podía decir que era abiertamente gay, a la mayoría de los espectadores de fútbol tenían mucha homofobia y él sabría que no iba a ser bien recibido después de aquello.
7:00 am. Magui: [foto] 7:00 am. Magui: [foto] 7:00 am. Magui: me puedes explicar esto?? 7:01 am. Magui: te voy a llamar, cógeme el móvil.
Y luego vendrían 16 mensajes más preguntado sobre dónde estaba y que no la ignorara. Para disgusto de Joao, la portuguesa le estaba llamando mientras miraría sus mensajes y de mala ganas y a punto de llorar se fue al baño a hablar con ella para no despertar al francés.
— Por fin me lo coges. — habló primera Magui para que hubiera un silencio de ambas partes por un momento y se rompería con otra pregunta de esta. — Y bien, ¿Me puedes explicar qué coño son esas fotos de tú y Griezmann muy pegados en la playa? ¿Sabes en qué líos nos podrías meter a los dos? ¿Sabes acaso también que yo soy tu novia?
Joao simplemente estaba en silencio, algunas gotas ya empezarían a caer de sus ojos.
— ¿Hola? ¿Estas ahí? ¿Griezmann a parte de comerte el pene también te ha comido la lengua? — preguntó la chica por el teléfono con un tono bastante fuerte, se notaba que estaba muy cabreada.
— Voy a hacer una pregunta yo, ¿Vale? — habló por fin Joao después de una incomodidad y tristeza que manifestó con silencio. — ¿Por qué me reclamas esto sabiendo que tú eres la primera en ponerme los cuernos? ¿O no te acuerdas de esos encuentros con Pedro Porro?
— Amor, ya te expliqué, fui a ayudarle con la madre que estaba enferma. — Magui cambió repentinamente de tono a uno más pacífico.
— ¿Entonces su madre sabía hacer chupetones? ¿O por qué llegaste a casa ese día con un moratón en el cuello? — Joao estaba a punto de tirar el teléfono, ¿Cómo le habrían llegado aquellas fotos a Margarita?
— No me cambies ahora de tema. — volvió a su tono enfurecido.
Joao harto de todo colgó la llamada, se sentó en el suelo y empezó a llorar. Por lo que más fuese no querría volver a Portugal.
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Griezmann se levantó un poco después de la llamada de Joao y Magui, más o menos sobre las 9:00 am. Se fijó que el chico no estaba con él así que se levantó y comió un poco de las sobras de la comida de anoche. Mientras comía se fijó que la puerta del baño estaba cerrada, supuso que Joao estaría ahí dentro y si pensarlo dos veces llamó a la puerta de la pequeña habitación.
— ¿Estáis ahí Joao? — preguntó el francés preocupado.
— Si si, ahora salgo. — le notó la voz, al menor, entrecortada como si hubiese llorado.
Abrió la puerta y se encontró con un Joao tirado en el suelo echo bolita llorando. Se agachó para levantar al contrario de las axilas y lo sentó en el vater posteriormente se sentó en el suelo del aseo. Ambos se miraron, uno con una expresión de preocupación y el otro con los ojos rojos de llorar.
— ¿Qué ha pasado? — preguntó el rubio claro.
— Lo nuestro ya no puede seguir, Magui sabe cosas. Tiene fotos de nosotros dos, en el mar, en la playa y quién sabe si tiene fotos de la cala. Tampoco sabemos quien más tienen aquellas fotos. — Griezmann le limpiaba las lágrimas a Joao mientras esté le hablaba con un tono bastante triste.
— No tiene porque acabarse, podemos seguir viéndonos pero ahora dentro del hotel. — Propuso el francés.
— ¿Y las cámaras? — contestó Félix. — Nos verán irnos constantemente a las habitaciones de ambos y sería sospechoso. — añadió.
— Hay un montón de futbolistas en este hotel y además tanto tu habitación como la mía están en un punto muerto, no verán que vamos a la habitación del otro. — Antoine le dió un beso pequeño pero tierno para calmarlo. — ya verás como lo solucionaremos.
— Eso espero. — finalizó Joao.
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Bueno, ahora toca sufrir un poquito y ya queda menos para que el fic terminé, creo jajejw
