9_Personas Inapropiadas

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Atenea Bianchi

   Marco sonríe y cierra su cuaderno.

   Estaba en su casa, al fin habíamos terminado el estúpido trabajo práctico de Genética. Al fin, esa porquería nos había llevado casi una semana. Y eso que nos dividimos el estúpido trabajo para hacerlo más rápido. Y así tenía más tiempo para mi.

Y para señor Scott.

  Cierro mi carpeta y agarro mi teléfono.

Atenea: Ya podes venir a buscarme.

  Sebas se había ofrecido a buscarme de lo de Marco. Porque sabía que mis padres no me iban a poder buscar. Y seguramente tenía que ir en bicicleta.

—Marco me mira —¿Te quedas a merendar?

—niego y cierro mi mochila —Gracias, pero tengo que buscar a mi hermanita de su clase de ballet.

—él asiente —Te puedo acompañar si queres.

—No gracias, Sebastian me va a llevar —sonrio incomoda.

  Realmente me incomodaba demasiado estar a solas con Marco, me daba muy mala espina ese chico.

—él asiente —Hablando de él, te quería decir algo.

—yo lo miro confundida y asiento —Decime.

—Él dijo en su curso que eras muy fácil para llevar a la cama —me mira con un aspecto de pena o miedo.

—¿Qué? —lo miro en shock. Sebas no diría semejante estupidez.

—Si, él le dijo a sus amigos, mi hermano es amigo de él. Yo solo quería decírtelo, para que tengas cuidado.

—Sebas no diría eso —lo miro confundida.

—¿Porqué no me crees? —me mira incrédulo.

—Porque no confío en vos —lo miro obviedad.

—Marco viste mi... oh.. hola —sonríe levemente el hermano mayor de Marco.

—Hola Manu —lo miro.

—Ate no me cree con lo que me contaste hoy —Marco lo mira.

—¿Qué cosa? —su hermano lo mira confundido.

—Lo de Sebastian —Marco lo mira.

—Si, lo dijo en la clase de química —Manu nos mira.

—Solo quiero cuidarte Ate, sos una chica valiosa para andar con tipos como él —Marco sonríe levemente.

—Gracias —susurro y una bocina suena afuera.

   Agarré mis cosas, me despedí de Marco y salí de esa casa. Me sentía como la mierda, estúpidamente me estaba empezando a enganchar. Solo por una estúpida cita, porque sabía, que lo del cine había sido una cita.

—cierro la puerta y él me sonríe —Hola Ate.

—Hola Sebastian —digo poniéndome el cinturón de seguridad.

—¿Pasa algo?

—Vamos, Afro se pondrá loca si no llegamos en punto

   Él asiente y acelera. Todo el camino de ida no dijo nada, más le valía porque iba a explotar.

—Afro sube al auto —Holis.

—Hola —suspiro mirando por la ventana.

—Hola risitos —dice Sebas prendiendo el auto.

—¿Porqué estas enojada? —Afro se pone en el medio de los dos.

—Ponete el cinturón y deja de preguntar —la miro mal.

A través del tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora