30_ Un yo nunca nunca, que revela secretos.

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Sebastian Scott

  Ambos nos perdimos en el medio de la pista, al pasar unos minutos los chicos se unieron y armamos una linda ronda...

—¡¿Me buscas otro?! —Ate apunta su vaso y sonríe como una niña pequeña.

—Bueno —sonreí y dejé un beso sobre sus labios.

  Me aparte del grupo y como pude, para no comer una piña, intenté salir de la multitud de personas que había en la pista. Me acerqué a la barra y me apoye levemente sobre ella...

—Una cerveza y un daikiry de ananá por favor —le entregué mi tarjeta al bar tender y el tramitó el pago.

—Pasaste de comprar condones a comprar dikirys a tu novia —un chico me palmea por la espalda y al verlo sonreí.

—¡Jonas! —agarré mi tarjeta y lo abracé.

—¿Cuánto tiempo Scott? —él sonríe y se sienta alado mío.

—La verdad —sonreí y miré atento al bar tender mientras preparaba el trago de Ate —¿Qué haces por acá? Tenía entendido que llegabas el año que viene —lo miré de reojo.

—Al parecer acostarte con la hija de la dueña de la escuela no estaba permitido en programa de intercambio —sonrío divertido.

—No cambias más vos —negué.

—¿Y vos? De estar con rubias a una morocha —él asiente orgulloso —Todo un monogamico estas.

—Siempre lo fui, solo la estaba esperando —sonreí y él me miró en shock.

—¿Es ella? ¿La nena con que te habías enamorado de chico? —me mira asombrado.

—Si —sonreí y el bar tender me entregó el trago y la cerveza —Estoy con mis hermanos y un par de amigos, vení te los presento.

—Vamos —él sonríe y me sigue.

  Ambos caminamos hasta el lugar, odiaba sentir los traseros de todas las chicas rozandome las piernas. Si no era Atenea bailandome ni una otra persona tenía porque restregarme su trasero por las piernas.
Luego de empujar con delicadeza para que no me amenacen con que me esperan afuera, llegamos a la ronda...

—¡Jonas! —Felipe fue el primero en reconocerlo, lo abrazo mientras yo le entregaba el trago a Ate.

•••

—¿Vamos afuera? —miré suplicante a Ate y ella asintió.

—¡Ya venimos! —Ate avisa y antes de que alguien se agregara al plan ambos salimos corriendo de allí.

  Ambos salimos a la parte delantera de la casa y nos sentamos en una de las bancas de jardín qué había...

—Quiero emborracharme hoy —ella sonrío.

—Yo también —sonreí cómplice.

—Ustedes dos borrachos no se van a llevar —Emma se acerca a nosotros junto a Mateo.

—¿Por qué? —Ate frunce su ceño.

—Porque vos decis si a todo y este ser —me apunta con su cabeza —Es más sociable que un golden retriver.

A través del tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora