Atenea Bianchi
Cerré la puerta del auto y Sebas sonrio levemente...
-¿Qué paso pervertida? -me miró de soslayo.
-¡Esperenos! -Maya entró al auto rápidamente.
Sebas sonríe levemente y yo asiento. Al volver de casa cada uno se encerró en su habitación, osea, yo me fui con Sebas a la suya...
-No puedo creer que escondiste ropa mía de esas dos semanas -lo miro molesta mientras agarro una de sus remeras.
-Es que sabía que volverías -me guiña el ojo y se quita su ropa quedando así solo de ropa interior.
-Mucha confianza -susurré por lo bajo e intenté salir del vestidor pero el me agarró de la mano.
-¿No te gusta lo que ves? -me mira confundido.
-Si, pero me siento incomoda cambiandome enfrente tuyo -susurré apenada.
-Él besa mi sien -Bien, anda cambiarte en el baño entonces.
Me fui al baño y me cambié tranquila. Al salir vi a Sebas sentado sobre la cama con un libro en manos...
-¿Qué lees? -dejé mi ropa estirada sobre la silla del escritorio y me senté a su lado.
-Rojo Blanco y Sangre Azul -sonríe levemente -Me habías hablado bastante de este libro y me interesó.
-¿Qué? -susurré atónita.
-Me diste una buena reseña del libro así que quise leerlo -sonríe -Estoy en la parte donde Alex sale afuera y el príncipe británico lo sigue ¿O es al revés? No se, me mareo bastante -sonríe.
-Es al revés -sonreí sutilmente.
-Marca la página y deja sobre la mesa de luz su libro -¿Tenes hambre?
-No, alguien me obligó a comer un pote entero de frutas en el primer recreo y en el segundo me hizo clavarme dos medialunas con jugo -sonreí sutilmente.
-Atenea, eso fue a las diez de la mañana y ya son casi las una -se levanta y me mira -Vamos a comer.
-No -me cruzo de brazos.
-Me importa un carajo vamos a ir a comer -y sin más me levanto y me puso sobre sus hombros como saco de papa.
-¡Sebastian! -me intenté safar de su agarre.
-Vas a comer, la comida no se discute -y marcha hacia el comedor.
Me tuve que dejar llevar, porque no quería morir en las escaleras. Al llegar a la planta baja se escuchar una risa femenina...
-¿Sebastian que le estas haciendo a la pobre?
-Sebas me baja -Tiene que comer mamá.
-Hola tía -sonrío -Pero no quiero comer -me cruzo de brazos y miro a Sebas.
-Me importa un pepino -sonríe Sebas.
-Ate, hoy cocinamos lo que te gusta -sonríe la madre de Sebas.
-¿Qué cosa? -la mire interesada.
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A través del tiempo
RomanceAtenea Bianchi No, no me voy a enamorar. ¿Para qué lo haría? Ya me basta con mis hermanos y mis tareas de la secundaria, agregar otro dolor de cabeza no está en mi lista. Salir con mis primos, al bar que siempre íbamos. ¿Qué podía salir mal? Estaba...