Atenea Bianchi
Mi fin de semana fue muy lindo, quitando la parte de mi llanto del viernes por la noche. Todo había sido hermoso, pasé el sábado completo con Sebas en un establecimiento, era como un campo. Fue la mejor elección de actividad; hicimos un mini camping y pasamos la tarde ahí.
-¿Te gustó mi idea? -sonríe divertido acostándose sobre la manta.
-Si -me senté y agarre el pote de arándanos -Es muy Estados Unidos -sonreí levemente.
-Si, lo se -sonríe y agarra un arándano -Pero me inspiré en mis amigos de allá, también porque te gusta leer romance y se que en uno de tus libros habrá una cita cliché en el camping.
Sonreí boba y negué. Tenía razón y eso me gustaba muchísimo.
-¿Alguna vez pensaste en escribir un libro? -se acomodó sobre mi pecho.
-Si, pero siento que no es lo mío -susurré acariciando su cabello.
-¿Por qué? Presiento qué tienes potencial -sonríe levemente.
-Soy de escribir poesías, pero nunca llegaron a nada -mire el cielo -Tan poco seria capas de publicarlas, mi madre se reiría en mi cara si lo hiciera.
-No necesitas la validación de tu madre ni siquiera la de alguien Atenea -gira su cabeza para mirarme -En serio te lo digo.
Por la noche, volví a casa y cené. Repasé algunos apuntes para mis exámenes de las próximas semanas y me fui a dormir con una sonrisita boba sobre mis labios...
Pasar tiempo con Sebas era muy lindo y sentía que cada vez más me iba enganchado en algo que tenía miedo a afrontar...
El domingo a la mañana Urano y Afro volvieron a casa, cocine hamburguesas a la parrilla y comimos sentados en el trampolín de afuera. Por la tarde volvieron mis padres, ambos estaban demasiado cansados cansados que ni siquiera almorzaron; se fueron directamente a la cama.
Ya era Lunes, estaba en clase de Bilogia. Estaba terminando mi trabajo trimestral, que consistía en la investigación sobre un tema a elección, siempre y cuando se tratase de la naturaleza o algo relacionado a la biología...
-Voy a entregar los exámenes de la semana pasada -nos mira la profesora.
La presión en mi pecho se hizo presente, mis manos empezaron a sudar y mi boca se secó. Ese examen había sido el más difícil del año y el último, había estudiado con un mes de anticipación y aun así, sabía que había errado en pequeñas cosas...
-Ella se para enfrente mío -¿Qué paso Bianchi? -dejó el examen sobre la mesa y se fue.
Mi respiración se agitó al ver un ocho cincuenta escrito sobre ese examen...
-¿Cómo? Pero yo... -me levanté y fui directo a ella.
-Sabe en lo que erro señorita -me mira fijamente y pasa de mí.
-No... no puede ser -susurré y corrobore devuelta mi examen.
-Para el año que viene, sabe que debe estudiar más -sonríe levemente.
-Estudié con un mes de anticipación -susurré.
-No se notó, al menos algrese de que fue la única en aprobar en esta clase -se va a su escritorio.
-No puede hacerme esto -negué y la seguí.
-Si puedo, sus conocimientos no llegaron al nivel que pedía -sonríe -Ve a juntar tus cosas, ya es hora de salida.
-Profesora por favor -la mire suplicante.
-Ya esta puesta la calificación Atenea, no insista -empieza a guardar sus cosas.

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A través del tiempo
RomanceAtenea Bianchi No, no me voy a enamorar. ¿Para qué lo haría? Ya me basta con mis hermanos y mis tareas de la secundaria, agregar otro dolor de cabeza no está en mi lista. Salir con mis primos, al bar que siempre íbamos. ¿Qué podía salir mal? Estaba...