Harvey

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Estar dentro de Alice era una jodida pasada, y verla follarme totalmente entregada me hacía querer que nunca acabara.

Pero llevaba tiempo deseando un alivio para mi polla y correrme dentro de ella fue tan bueno que tuve ganas de repetir.

Sí, la verdad es que todavía el efecto de las pastillas no había pasado y mi único remedio era enterrarme en las suaves y cálidas piernas de mi Alice.

Ella estaba recostada sobre mi pecho, la curva de su trasero quedaba sobre mi muslo, era realmente hermosa y el hecho de que se entregara a mí me hacía sentir un imbécil afortunado.

Nuestras respiraciones se fueron acompasando cada vez más despacio.

Aproveché para dejar una lenta caricia, casi un roce de mis dedos sobre el trasero de Alice.

Ella alzó el rostro con una mirada avergonzada mordiéndose el labio inferior, que quería atrapar entre los míos.

-Teníamos que haberlo hecho antes. –dije –que bien se ha sentido Alice, acabamos de hacerlo y mi polla ya quiere volver a estar en tu interior corriéndose.

-No sabía que podías hablar así de sexy y menos que serías un Dios en la cama, deberías tener a todo el campus a tu pies. Fue excitante, yo también quisiera repetir muchas veces, contigo.

Me dijo mirándome a los ojos y pude leer la verdad en ellos, era hora de que ambos fuésemos sinceros sobre nuestros sentimientos.

-Creo que lo que acabamos de hacer revela lo mucho que me gustas y que siempre me has gustado Alice, solo que era demasiado imbécil para reconocerlo y creí que cada uno priorizábamos más nuestros estudios que una relación seria.

-Harvey –dijo mientras despejaba el cabello húmedo de mi frente en una suave caricia de sus manos. –yo creía que no era tu tipo por ser tan tímida y me refugié en aparentar frente a ti que mis estudios estaban primero y así es solo que parecías tan imposible que solo me permitía soñar raras veces.

-Eres hermosa Alice y no sabes cuánto te deseo en estos momentos, cuando supe que serías tú con quien viajaría a Tokio y estaría a tu lado durante un año estuve muy nervioso e irritable, que seas tú con quien haya compartido esta experiencia me vuelve loco. Ven aquí.

La tomé cariñosamente por la cintura y la alcé hasta mis labios para besarla como nunca.

Ya mi polla estaba pulsando otra vez, seguro en lo que quedaba de noche necesitaría varios polvos para saciarse y no pensaba perder más tiempo, la necesitaba de nuevo ahora.

-Cariño es hora de que me cures de nuevo…

Todo por las pastillas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora