Harvey

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Yo también quería probar.

A Alice si se me entiende, después de que me tomara con la boca tuve que detenerla, me había puesto a mil.

No quería reconocerlo pero internamente di gracias en mayúsculas porque a los estúpidos de Dylan y Ryan se les ocurriera hacerme una broma tan pesada pero que mira había tenido placenterasconsecuencias.

Como diría cualquier practicante del BDSM, el dolor también puede causar placer...,un saludo para los del grupo.

Nunca se los diría, pero mis amigos realmente podrían ser unos putos crack, lástima que de mi boca nunca iban a escucharlo.

Con el deseo en mis venas de acariciar y descubrir el cuerpo de Alice, llevé mis manos hasta la faja de los oscuros leggins que estaba usando y en los que antes no había reparado pero que al
levantar un poco su camisa no pude evitar notar con sumo placer que le marcaban un trasero de infarto.

Los fui deslizando por sus piernas a la vez que descendía con ellos mientras besaba la piel que iban descubriendo.

Cuando arrodillado a sus pies miré hacia arriba al rostro de Alice, esta tenía las manos sobre sus ruborizadas mejillas, mostrando ahora el primer atisbo de timidez.

Antes seguro que no había tenido tiempo de pensar todo lo que hacía con demasiada claridad, pero ahora que ella estaba siendo el centro de toda mi atención la chica tímida comenzaba a avergonzarse, pero yo sabía qué hacer para volverla otra vez loca del deseo que alteraba sus pupilas.

Ella dio un paso atrás y salió de entre la prenda.

Tenía el cabello suelto que caía en ondas sobre sus hombros y ahora solo llevaba puesta su camiseta talla extragrande que le rozaba el inicio de los muslos y debajo de esta la braga de la que me preguntaba de qué color era

¿Podría adivinar?

Solo con esa escaza ropa Alice estaba para devorar de un delicioso bocado más sabiendo que no estaba usando sostén.

Sus pechos me tenían desquiciado desde que mis dedos los tocaron minutos antes, esta vez quería ver de qué color eran sus pezones.

Con mi brazo rodeé su cintura y la pegué a mí, ella soltó un ligero suspiro y antes de que volviera a atrapar mis labios en un beso caímos juntos sobre la cama, ella debajo de mí.

Me arrodillé entre sus piernas y mientras acariciaba sus muslos esta vez fue su camisa la que deslicé hacía arriba pasando mis palmas abiertas y quemándola en mi recorrido hasta que se la quité por encima de la cabeza.

Su pecho agitado quedó al descubierto y mi vista se nubló de lo hermosa y excitadaque se veía entregada a mí.

Mi dedo siguió el camino sobre las líneas de su cuerpo trazando desde su ombligo hasta el borde de los senos llenos y de pezones rozados y pequeños como dos diamantes en joyas sobre su pecho.

Su piel blanca, fina y suave resaltaba el diminuto lunar justo debajo de su seno derecho, lunar que no dudé en morder provocando que Alice se retorciera y temblara debajo de mí, quería descubrir cuantos más adornaban su piel.

Su cuerpo delgado y juvenil de suaves curvas me atraía como a un pirata el oro y estaba seguro de que era porque se trataba de Alice, todo lo nuevo que estaba descubriendo de ella me gustaba demasiado.

Llevé mis manos hasta sus caderas y mi pene saltó como en una descarga al notar el color de la braga que la cubría.

Siempre pensé que las chicas para atraernos a la cama compraban la lencería más escandalosa y reveladora que encontraran en venta, con colores
rojos, negros y otros tantos que no sabría ni nombrar, pero Alice volvía a sorprenderme.

Su braga era de color rosa tan claro que se confundía con la piel al no tener costuras en los bordes e hizo que se me agitara la respiración, en gustos seguro que éramos compatibles si decidía usar siempre lencería de ese estilo.

Mmm.

Sujetando sus caderas tomé sus pezones con mi boca haciendo a Alice suspirar y gemir quedamente cada vez que los chupaba y rozaba con mis dientes.

Bajé por su cuerpo llenándolo de caricias y besos y al encontrarme con sus bragas mordí suavemente provocando más gemidos.

Se las quité y abrí sus piernas para encontrarme con su hermoso e hinchado clítoris, enterré la cabeza entre sus piernas empapándome de su olor, ligero y dulce.

La sentía arder de lo excitada que estaba.

Besé sus labios imprimiéndoles toda mi experiencia hasta conseguir llevarla al borde del orgasmo.

Podría parecer egoísta pero quería que se corriera conmigo dentro de su cuerpo.

Quería tener esa conexión en nuestra primera vez de muchas más que deseaba tener con Alice, teníamos mucho tiempo juntos por delante.

Todo por las pastillas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora