Capítulo: 23

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Street— Doja Cat

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Las gotas de agua cae de mi cuerpo, salgo desnuda del baño, la calor a disminuido pero en mi mente solo ronda una cosa.

Son las tres de la mañana, desde ayer que me encerraron aquí no e sabido de nadie, la comida me la vienen a dejar, nadie me da información de Angelo, la traidora de mi amiga tampoco, miro mis dedos, son los únicos que están al lado mio y adentro también, agarra una bata sin nada abajo, escucho pasos acercarse.

—Aby ¿Estás despierta? — reconozco la voz de Novan, me acerco a la puerta.

—Si.

—No puedo sacarte de aquí— habla, bufo estresada, quiero ver a Angelo.

—¿Qué es lo que está pasando? — tomo asiento contra la puerta.

—Estas en celo— suelta, miro raro a la estancia vacía.

—Ahora soy una perra.

—No lo tomes así, Angelo está igual o peor que tú, se que quieres verlo el también quiere verte, el problema es que no solo son van a ver.

—No hay nada malo en eso, tu lo has hecho con Byna— hablo obvia, escucho aclarar su garganta.

—¿Te dijo?, es otro tema, eres humana y el un lobo, no serías capaz de soportar todo la fuerza y violencia en que ellos se... Tu sabes— habla su voz es de incomodidad total.

—¿Puedo ir a verlo?, prometo no acercarme mucho— no responde.

—Es peligroso, hay muchos lobos que van a querer tenerte— un escalofrío me recorre.— Aunque yo puedo acompañarte— escucho como esta abriendo la puerta, me pongo de pie.

—Vamos— hablo emocionada, su rostro está rojo, miro mi cuerpo y mis pezones se marcan demasiado además que una de mis piernas esta descubierto— un segundo — cierro la puerta, corro buscando algo me pongo solo la tanga un chandal y un abrigo.

Salgo y caminamos sin decir una palabra, las chicas que hacen la limpieza me miran raro, también miro a la chica que se desmayo la vez pasada, los guardias me miran con deseo, Novan pone su brazo sobre mis hombros, todos quitan sus ojos de mi, bajamos por unas escaleras, hay muy poca luz, el lugar desprende un olor extraño, la calor y humedad se siente en el ambiente, su olor me llega y lo busco por todos lados pero la oscuridad me lo dificulta, escucho cadenas sonar acompañados de gruñidos.

—¿Angelo? — escucho que al final de un pasillo sale un gruñido, Novan se queda en el pie de las escaleras, camino hasta donde escuche el gruñido, me sorprendo al mirarlo, sus manos están separadas con cadenas, sus pies están encadenados al piso, su cara está mirando el piso, su ropa es un desastre.

—¿Por que estas aquí? — su voz me eriza, esta tan ronca que apenas se entiende, la calor se acumula bajo mi abdomen.

—Quería verte, ¿por que estas así? — me acerco a las rejas de hierro.

—Tu olor me vuelve loco, tienes que irte, no quiero lastimarte y forzarte hacer algo— su mirada conecta con la mía, la mitad de sus ojos es azul y la otra roja, mi mirada va hacia el bulto en su pantalón.

—No me forzaras a nada, yo también quiero hacerlo— sus ojos me desnudan, el sonido de cadenas se hace más fuerte, esta intentando soltarse, sus pies se sueltan, siento a Novan acercarse, me toma de mis brazos en un intento de sacarme de ahí.

—¡No la toques! Te mataré si no te alejas— lo amenaza, Novan desaparece.

Angelo se acerca, esta todavía encadenado pero tiene más movientos, paso mi brazo en medio de los barrotes, mi mano acaricia su mejilla, sus ojos se cierran un gruñido de placer sale de sus labios, sonrío, bajo mi mano por su cuello a su pecho desnudo, acaricio su firme abdomen, baja mi mano hasta su bulto, lo acaricio encima de su pantalón, el aprieta sus ojos ante mi tacto, de su boca salen gruñidos y gemidos, no mentire me siento poderosa. — No te detengas por favor— sigo moviendo mi mano, su cabeza se va hacia atrás — Más rápido, hazlo más rápido— muevo mi mano, esta así solo que lo estoy tocando encima de su ropa, ¿que pasaría si no tuviera nada encima?, un gruñido ronca sale de su boca, mi mano a un ahí siento algo caliente mojarme.

—¿Me voy? — bromeó, el se pone alerta de inmediato.

—¡No!, no te vayas, quedate aquí conmigo— asiento en respuesta y me siento en el piso, el me mira desde arriba con una sonrisa. — Me gusta esta posición.

Sonrío y recargo mi cara en las rejas, estoy mojada y creo que el lo nota, el abrigo se abrió dejando ver parte de mi senos, además que mis pezones están marcados en la tela.

—Lástima — hago un puchero, un sonido de las cadenas vuelve a sonar, Angelo cae de rodillas, en esa posición noto la mancha en su pantalón.

—Tocate para mi, quiero verte hacerlo mientras piensas que yo lo hago— sin dudar abro mis piernas, bajo lentamente mi chandal hasta mis rodillas, paso mi brazo atrás para soporte, bajo mi tanga, mis dedos tocan mis labios, muerdo mis labios, toco mi clitoris, conecto mirada con el, sus ojos están en los míos mientras me toco y no puedo evitar soltar algún gemido, mi falta de experiencia hace que no pueda ir más allá pero logro llegar al orgasmo, cierro mis ojos regulando mi respiración.

—¿Aby? — la voz de Byna me saca de nuestro momento, velozmente me subo la ropa bajo la atenta mirada de Angelo, ella me mira luego a el que sigue de rodillas— aquí estas, que alivio, lamento interrumpir pero la señora de la vez pasada esta aquí y quiere verlos a los dos.

—Byna, lleva a Aby a mi habitación, llama a los guardias que vengan— le habla firme, mi amiga asiente y me jala sin dejarme decirle nada a Angelo, arriba es un caos total, todos corren para todas las direcciones, mi amiga le habla a los guardias.

—Tenemos cosas que hablar— suelta mi amiga rumbo a la habitación de Angelo, la ignoro, desde la ventana puedo ver salir a un grupo de hombres, mi corazón se vuelve loco al mirar a Angelo también de uniforme, escucho un estruendo, gritan que están atacando la casa, agarro amiga y nos encerramos en el baño.

—Mierda ¿que hacemos? Casi todos los hombres no están— habla mi amiga, los pasos suenan, nos quedamos quietas evito hasta respirar, la puerta es abierta, mi amiga grita, me agarran del brazo mi amiga me intenta ayudar pegándole al hombre, la tiran al piso, el hombre me arrastra por toda la habitación, me resisto entonces pone una tela en mi nariz, todo se vuelve negro, lo último que puedo escuchar son golpes los gritos de Byna y Angelo.

No dejes de correr

Ya te atrape

Abro mis ojos, las ganas de vomitar son enormes, el mareo, intento tranquilizarme, recuerdo lo último que paso, me siento en la pequeña cama, es una casa de madera, no es pequeña ni grande, en frasco de vidrio hay plantas y en otras líquidos negro verdes y amarillos.

—Despertaste bella durmiente— habla la anciana, esta vestida con un vestido largo y holgado, se sienta a los pies de la cama— tu esencia se parece a la de ella, tus ojos son muy bonitos— alaga, la miro confundida ella lo nota, saca un pequeño espejo de no se donde, mis ojos ya no son marrones, son violetas, ¿como demonios es posible?

—¿Quién es usted? ¿Por qué me secuestro? ¿Por qué mis ojos están así? — la cargo de preguntas, ella se pone de pie y camina a una puerta, me pongo de pie y la sigo, noto que ella está descalza y yo también.

—Siéntate es una historia algo largo, voy a resumirlo — hago caso y me siento en un tronco de árbol, la casa está rodeada de árboles— Todo comenzó hace más de diezsiocho, mi hermana era la bruja consejera de este lugar, que ella llamaba su hogar, el reino vampiro contrato a dos cazadores para eliminarla, ya que según ellos era su arma secreta, la mataron pero sorpresa la pareja de cazadores esperaban una criatura, te esperaban a ti, pequeña Aby, en su último aliento logró crear un vínculo contigo, tiempo después me buscaron a mi para maldecir al Alfa, por creerse un Dios, se le quito la capacidad de sentir amor, su pareja nunca sabría de la existencia de él ni el de ella.

Mis padres cazadores, maldiciones, muertes, ¿Qué es esto?.

—¿Quién es la pareja de Angelo?— ella me mira con cariño y toma mi mano.

—Entendí que tu no eres la culpable de todo este desastre, el merece ser feliz contigo, tu eres su alma — suelta, la alegría llena mi cuerpo pero ¿por que tanto cosa? Esto no es una buena obra.

—¿Quieres algo a cambio? — ella asiente sonriente.

—Quiero lo que quedo de mi hermana en ti, ella siempre tuvo todo, es hora que me toque a mi— su mano sube a mi cuello lo aprieta y caigo al suelo, ella ríe.

—Corre, Corre, eres tan tonta ex bruja.

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