Capítulo: 15

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Genius— Sia, Diplo ft Labrinth
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Siento un dolor que punza mi cabeza, hago una mueca de dolor, siento que me tiraron de un edificio, abro mis ojos, miro mi alrededor, estoy acostada en una cama enorme, las sábanas son grises, la habitación es enorme, dos veces la mía.

Miro mi cuerpo, estoy sucia y mis manos vendadas, estoy sola, lo último que recuerdo es desmayarme, después de que me que diera la arrastrada de mi vida, solo espero que Byna este bien.

La puerta se abre, dejando ver a mi amiga, trae una bandeja en sus manos, debajo de su brazo ropa.

—Byna— la nombrada pega un brinco y se acerca rápido a mí.

—Dios, que bueno que ya despertaste— pone la bandeja en la mesa que está al lado de la mesa.

—¿Cuanto tiempo pasó? — pregunto, me toma la cabeza, tengo un leve dolor en la parte de atrás.

—Casi tres horas— me paso una pastilla y un vaso de agua.

—Tomala es para el dolor— me indica,se sienta en la cama.

—¿Qué es este lugar? — mi amiga hace un gesto.

—Es la casa de Angelo y está es su habitación— habla, me quedo quieta, de verdad el me salvo, no fue parte de mi imaginación.

—¿Como llegué aquí? —pregunto.

—El te salvó, cuando te desmayaste el te trajo hasta aquí— me comenta.

—Tu venías conmigo ¿cierto? — le temo a la respuesta, cada que lo tengo cerca pierdo el control, se que es malo, nadie me hace sentir lo que el hace con solo una mirada.

—El te trajo, no permitió que nadie se acercara a ti, solo hasta que llegamos nosotros, solo a mi me dojo entrar— explica, me incomoda que estuviera tan cerca, se me eriza la piel.

—¿Mateo esta aquí?.

—Si, también Novan pero tuvo una pelea con Angelo y se fue— habla, asiento— se me olvidaba Lily me dio esta ropa para que te limpies, toma— me tiende la ropa, consta de un chandal negro y un abrigo gris.

Al levantar siento un leve mareo, camino despacio hasta una puerta, un baño con muchos lujos es lo que me encuentro, respiro hondo cuando noto su olor en el lugar, me cambio y me limpio, fue un poco complicado ya que me molesta el dolor en mis manos.

Me miro en el espejo, tengo mi mejillas rojas por el esfuerzo de vestirme, me hago una coleta y lavo mi boca.

—Que bueno que ya despertaste— habla Angelo, levanto mi mirada, esta de pie de brazos cruzados, mirándome atento.

Cierro la puerta detrás de mi, asiento en respuesta, pongo mis brazos rectos a cada lado de mi cuerpo, no se que podría decirle, supongo que gracias por salvarme la vida ¿no?

—Mmm... He gracias — hablo, bajo mi mirada a mis pies, solo tengo calcetas, ni idea de mis zapatos.

—Un placer, ¿te sientes bien? — pregunta, comienza a caminar a mi dirección.

—Si ya estoy bien— respondo, el esta cerca, demasiado, miro sus ojos y luego bajo mi vista a su pecho, estoy nerviosa —Gracias por todo, buscaré a mi amiga para irnos.

Intento avanzar, el se interpone en mi camino, choco contra su cuerpo, me muevo hacia atrás pero posiciona su mano en mi cintura y me pega a su cuerpo, no me muevo.

Aspiro su olor, el calor de su cuerpo me invade.

—No te vayas— me pide, más como una súplica— al menos hasta que sea de día, tienes que descansar.

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