Capítulo: 19

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Stereo love— Edward Maya, Vika jigulina

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Pongo mi teléfono en mi bolsillo, voy a la casa de Mateo, ya que me dijo que podría ayudarlo en unos documentos, yo gustosamente acepte.

Salgo de la casa y me adentro al coche donde el chófer y Mateo me esperaban.
El auto se detiene enfrente de la casa de Mateo, bajamos y nos adentramos.

—Mi niña, mira sube las escaleras sigue recto, la última puerta de la derecha está mi oficina, la carpeta es una amarilla, tengo que hacer algo— habla.

—Esta bien, entendí— subo las escaleras y me adentro a la oficina, es grande pero no tan exagerada, todos es de madera, haciendo que todo se mire rústico, tomo la carpeta y salgo.

Ya casi llegando las escaleras escucho voces, me acerco a una de las puertas, el humo de cigarro cala mi nariz, mi corazón se encoje de alegría al escuchar la voz de Angelo y otro chico que no tengo idea de quien es.

Tengo en mente irme pero algo me tiene plantada al lado de la puerta.

—Entonces la invitaste a salir— habla el chico, frunso el seño.

—Ella aceptará lo sé, nadie me a rechazado ella no será la primera ni la última que caerá— sus palabras se entierran en mi pecho, aprieto en puño mis puños, lágrimas amenazan salir, no basta decir nombre se que hablan de mi.

—Pensé que de verdad la querías— habla el chico, no se por que sigo aquí pero quiero darme cuenta de lo estúpida que soy, la historia se volvió a repetir, al final solo me usan para alimentar su ego.

—Solo es una aventura más— eso fue la gota que rebalsó el vaso, prácticamente corrí afuera de esa casa, mantuve mis lágrimas a raya, el auto se puso en marcha, no llores, maldita sea, no llores.

Entierro mis uñas en las palmas de mis manos, a penas llego a la casa, me bajo sin decir ni una palabra al chófer, abro despacio la puerta, todo esta en silencio, subo y me adentro a mi habitación, me dejo caer al piso, las lágrimas caen solas, no suelto ni un solo sonido, no merezco esto.

Solo se burlo de mi, el fingió todo me engaño, me levanto y me seco las lágrimas, no voy a llorar, ya pase por esto, me voy a vengar, voy a enseñarte que si puedo ser la primera.

Me ducho y me pongo mi ropa, hoy se celebra en el café su aniversario, a si que después que termine nuestro turno vamos hacer una mini celebración.

Bajo mi amiga esta hablando por teléfono, es un chico.

—¿No sales con Novan? — pregunto, ella corta la llamada y deja de darme la espalda.

—Eso una escoria, no quiero hablar de el— habla.— Voy a salir con Evan, tenias razón parece que le gusto— exclama emocionada.

Quisiera ser así.

—Siempre la tengo— bromeó.

—¿y Angelo? — pregunta, un trago amargo pasa por mi garganta.

—Quiero mantenerme lo más alejada, no es una buena persona o lo que sea— hablo disimulando el enojo.

Terminamos la conversación y caminamos a la cafetería, en el local hay unas quince personas, son más adultos mayores, toda la estancia huele a café y pastel, se que dije que no soy tan preferida del café, pero este olor lo estoy empezando amar.

De prisa nos ponemos el delatar, atendemos a los señores, así pasan dos horas de puro de aquí para allá, un descanso a mi mente, me muevo en medio de las mesas y sillas, entra una familia un niño y sus padres, un pequeño perrito sobresale de el abrigo del niño, esta tan chiquito.

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