–Bien, intenta calmarte, puede ser producto del estrés, si dejas de pensar en ello tal vez lo recuerdes en un par de días.
–¿Y si no lo recuerdo? ¿Qué tal si tengo principios de alzheimer?
–Con todo respeto señor Harrison, no sea ridículo, el alzheimer no funciona así.
–No me llames señor. –Me pidió otra vez, yo intento seguir tuteandolo, pero no me acostumbro, él sigue siendo mi jefe, el que me paga el salario. –Te lo juro Camille, nunca antes me había sucedido esto, tengo recuerdos de haber salido del restaurante e ir conversando contigo de tus sueños, pero a partir de ahí todo se desvanece y despierto en mi cama horas después, es como si mi mente no hubiera funcionado en ese lapso de tiempo.
–Entonces no recuerdas que me besaste. –Mencioné para poner a prueba si todo este escándalo era cierto, o solo buscaba un juego para volver a invitarme a salir o inclusive para volver a besarme.
–Tenía intenciones de hacerlo. –Respondió. –Pero sí lo hice, espero no haberme propasado contigo, discúlpame si no fue de tu agrado.
Me vi obligada a guardar silencio, aunque sentía mis mejillas arder al recordar el beso, aún sigo sin creer que fui tan afortunada. Afortunada de que mi primer beso me lo haya dado un hombre como Harrison Dupont, y que haya sido una de las mejores experiencias de mi vida, estoy ansiosa por volver a repetir pero no sé si seré tan valiente como para manifestarlo. Camille Erikson es del tipo de persona que no va a tomar la iniciativa aunque se esté muriendo de ganas por hacerlo.
Harrison y yo estábamos en el restaurante, hoy era una noche especial porque era el aniversario de la apertura del mismo. Y además se daba el anuncio de que pronto habría otro restaurante del puente, pero en San Francisco. Ninguno de los que trabajamos aquí nos tocaba trabajar hoy, habían contratado un servicio y a nosotros nos tocaba venir vestidos de gala, el primer año que hacían ese cambio. Creo que era porque Harrison no quería que yo estuviera trabajando y no poder estar a mi lado, no sería bien visto.
Y ésta era la primera vez que lo veía después de nuestra primera cita y primer beso, apenas cuatro días después. No habíamos tenido tiempo de vernos y hablar del fenómeno, su aparente vacío en la memoria que le impide recordar hasta cómo llegó a su casa.
–Estoy segura de que es estrés, lo recordarás cuando hayas dejado de pensar tanto en eso. –Le expliqué y él parece aceptar mi idea esta vez, aunque no está convencido al cien por cien. –¿Por qué no vas a hacerte un chequeo? El estrés a veces trae consecuencias más serias que una amnesia.
–¿Cómo cuáles? –Inquirió interesado en mis conocimientos. Yo no estudié nada relacionado a la medicina, pero la tragedia de mi familia me dejó graves secuelas durante meses, el estrés crónico me causó gastritis e hipotiroidismo. Ambas enfermedades redujeron mucho sus síntomas, pero sé que siguen ahí.
–Enfermedades del sistema digestivo, sistema inmune débil, cefaleas. –Enumeré. –No lo sé, sólo es una sugerencia, la reducción de la memoria y la confusión a veces son indicadores de otras cosas, asociadas al estrés.
–¿Estás segura de que el marketing es tu vocación? –Me pregunta cruzando sus brazos, bastante interesado por mis palabras.
–Sin dudas, sé un poco sobre éstas cosas por mis propias experiencias, no porque desee ser psiquiatra o algo así.
–¿Puedo saber de qué tipos de experiencias personales? –Indagó el hombre. Él sabe que hay cosas que no le he contado aún, como de donde vengo y en dónde está mi familia, esperaba no tener que hablar de ello tan rápido, pero supongo que mi historia forma parte del conocerse.
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Su Secreto《Loki Laufeyson》
Fanfic¿Es posible enamorarse de alguien que no existe? Sucede todo el tiempo, y Camille no es la excepción. ¿Y si él no es tan ficticio como ella cree? Siempre le ha gustado Marvel y su personaje favorito es el dios de las mentiras, nunca ha faltado al...