Pasaron dos meses.
Depende desde qué perspectiva lo mire, pasaron muy rápido o muy lento.
A veces sentía que se me iba la vida trabajando, que el año en general había pasado rápido y ya estábamos a menos de un mes de la navidad. Y otras veces, sentía que el tiempo no avanzaba más y yo estaba estancada en el mismo lugar, en la misma parte de mi vida.
Y todo pasaba aún más lento cuando pensaba en el dios del engaño. Eran dos meses donde él no se dignó a aparecer, nunca vino por mi para ir a Asgard, no lo hizo y eso me ponía demasiado triste. Lo único bueno que había en ello, es que estaba siendo más fácil apagar mis sentimientos por él, o eso creía. Así funcionaba más fácil mi relación con Harrison.
Harrison y yo llevamos estos sesenta días siendo novios. Ha sido difícil enfrentar las críticas en el trabajo, hablaban a mis espaldas y yo me daba cuenta, lo más amable que decían en la cocina era que yo quería quedarme con su dinero, o con el restaurante mismo. Que era una aprovechada. Eso me hacía sentir mal aunque yo misma supiera que no era verdad, tan mal que hasta me sentía culpable cuando Harrison me traía alguno de sus bonitos y caros regalos. La verdad es que no presumía ninguno, porque la mayoría se trataban de joyas, pero allá estaban todas guardadas en mi habitación para algún día, no las usaba, solo cuando salía con él, para que no pensara que no me gustaban o algo así.
A Dupont le tengo cariño, he aprendido a quererlo, a adaptarme a su forma de ser, pero tengo bastante claro de que no lo amo, no todavía. Ni siquiera estoy segura de si estoy enamorada de él, pero Spencer me dijo que a veces hay que darle tiempo al amor y conocerse un poco más. Yo creo que las cosas se dieron muy rápido y yo en un momento de debilidad, le dije que si aunque era obvio que no estaba segura.
Aún así quería seguir apostando por él y darle la oportunidad, es tan dulce conmigo, tan atento, pero no es perfecto. Hay un par de puntos sobre él que no me gustan, por ejemplo: sus momentos donde no está de humor y no me habla muy bien. Su aparente apuro porque me vaya a vivir con él y en tercer lugar, las dos veces que tuve que ponerme firme y no permitir que me tocara más de donde yo quería.
No somos ese tipo de pareja todavía, no tenemos relaciones sexuales. Y no es que no quiera porque él me desagrada en cierto aspecto o porque tenga miedo, sino porque no puedo. Cada vez que él quiere bajar sus manos más allá de mi espalda baja o tocarme en otros lugares, no me siento bien, no me siento segura. Y esa sensación se volvió peor desde la primera vez que aunque le dije que no quería, él no me escuchaba y estaba dispuesto a ir más allá de todos modos.
Si, se ha disculpado, me explica que es muy difícil para él contenerse. Y le acepté las disculpas dos veces. Pero si desde antes me estaba costando dejarme llevar por Harrison y entregarme a él, ahora era más difícil aún. Me culpo a mi misma por eso, me siento como toda una criatura asexual.
Y dejando ese tema a un lado, logré reunir todo el dinero para la NYU y ahora tengo que dar la prueba de ingreso. Pero no por la licenciatura en marketing, decidí estudiar medicina, tal vez es verdad que ahí está mi verdadera profesión, aunque también me gusta la filosofía, fue difícil tomar esa decisión. Siempre creí que lo único que me gustaba era el marketing, pero hay tantas cosas buenas por estudiar, y aunque tenía el dinero suficiente para la licenciatura y no el suficiente para el doctorado en medicina, podía ser excelente en la prueba de ingreso y me darían una ayuda económica durante el primer año.
Harrison quería pagar toda la matrícula y ahorrarme el estrés de estudiar para ser excelente, no lo permití, no quería que me robara la satisfacción de lograrlo por mis propios medios y no ser como la que dicen en mi trabajo que soy: una interesada en su dinero.
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Su Secreto《Loki Laufeyson》
Fanfic¿Es posible enamorarse de alguien que no existe? Sucede todo el tiempo, y Camille no es la excepción. ¿Y si él no es tan ficticio como ella cree? Siempre le ha gustado Marvel y su personaje favorito es el dios de las mentiras, nunca ha faltado al...