Aquella Noche 😈

IX...Solo un deseo...IX

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•Las personas con carácter y valentía siempre parecen siniestras a los ojos de los demás•
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《Hermann Hesse》
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CAPÍTULO 9...
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~MANUEL~

Tener a esta mujer debajo de mi cuerpo era tener el paraíso ante ti. Se sentía verdaderamente bien. Besar sus labios, su cuello, su piel. Acariciar sus piernas debajo de ese vestido negro entallado al cuerpo que traía. Las ganas de quitárselo eran cada vez más grandes. Pero no espere 3 meses y tanto para que esto fuese algo tan rápido.

—Carajo niña que bien hueles —hablo en su oído y escucho como se ríe—

Tomo una de sus piernas y la coloco en mi espalda baja, vuelvo a besar su boca mientras las manos de ella agarran mi nuca. Algo lejano escucho su teléfono sonar y suelto un gruñido, estamos en su oficina eso era de esperarse, intento levantarme pero ella lo impide y seguimos basándonos. Pero ese teléfono no paraba de sonar.

—Tengo que contestar —asiento y le doy la mano ayudándole a levantarse del sofá—

Se arregla el vestido, su perfecto cabello y camina hasta su escritorio, saca su teléfono de la bolsa y contesta

—A que se debe tu llamada tan inoportuna? —se queda en silencio escuchando. Solo hace un gesto de despreocupación— Puedes creer que no. Espera un segundo. —quita su celular de su oído y me mira— Te parece si nos vemos el Lunes en la tarde

—Mejor —me acerco a ella— Nos vemos en la noche. Paso por ti a las 7

Dejo un beso corto en sus labios, coloco los documentos en su escritorio y salgo sin darle oportunidad a una respuesta.

Me voy a seguir con mis otros compromisos de trabajo, algo en lo que no me concentraba. El recuerdo de estos últimos besos no se me salían de la cabeza. Eso solo se pasará después de una noche con ella. Luego podré seguir viviendo mi vida como siempre.

Recibo una llamada de un número desconocido y contesto

—Hablo con Manuel Mijares ?

—De parte de?

—Emanuel Acha —sonrió al escuchar el nombre—

—Habla con su esposo —escucho como se ríe—Hermano como estás?

—Me pasé buscando tu número por cielo mar y tierra

—No buscaste en el infierno? Por eso no encontraste nada.

—Andas en Estados Unidos aún?

—No. Ando en México también

—Buenísimo nos vemos?

—Dale dale vente al despacho

—Ahí voy entonces

Cuelgo la llamada y voy al despacho de mi amigo de la infancia. No me toma más de 25 minutos en llegar allí. Estaciono y voy directo a su oficina. Al vernos nos damos un abrazo. Hacía más de 6 meses que no nos veíamos