CAPÍTULO 21...
...
~LUCERO~
La sensación de ser la mujer más privilegiada del mundo con tan solo unas caricias, varios besos y atención a cada parte necesitada de mi cuerpo.
Estábamos en el sofá el sin su saco y encima de mi basándonos como 2 condenados hijos de puta. Cada que sus labios llegaban a mi pecho veía las estrellas y en colores.
Siento que si antes costaba trabajo olvidarme de su máxima habilidad para hacerme fantasear cada que lo tenía enfrente solo humedeciendo sus labios con la punta de su lengua. Esto que está a punto de ocurrir no se me va a olvidar en mucho tiempo.
<Lo presiento>
Hablo para mi misma y gimo, lo hago cuando me muerde el cuello con no tanta suavidad y de un movimiento quedo sentada encima de él mientras el ambiente cada vez más me va calentando las neuronas y lo que no son las neuronas también
<Toc Toc>
Miramos a la puerta y la seguían tocando esta vez con más desespero. Me levanto de él y acomodando mi aspecto camino a la puerta encontrando a Emmanuel.
—Necesito hablar con Manuel. —suspiro profundo y lo dejo pasar.— Ocurrió una tragedia
—Que pasó hermano? —se coloca el saco
<Maldito Emmanuel no pudiste ser más inoportuno>
Pienso tratando de calmar mi excitación y Manuel colocó un cojín en sus piernas, dirección exacta en medio de ellas ya que su excitación era palpable
—Camila está en Hospital, Terapia Intensiva
—Nos vemos! —salgo de ahí algo mareada de tanto. Y llegó al privado
—Como te fué?
—Les dio tiempo? —pregunta Itatí a susurros en mi oído. Las miro y niego con la cabeza— Pinche Camila
Eso, maldita Camila siempre jodiendolo todo.
—Ya fue? —Emmanuel asiente y se sienta en el sofá— Pero esta noche no se acaba.
Exactamente esta noche ya era un desastre, mi excitación era al parecer imposible de calmar, aún Manuel lejos pero cerca en mi cabeza. Comencé a beber cada vez más. Ya me sentía super mareada lo bueno era que no se notaba casi nada
~~~
Con todo el alcohol en el sistema ya era otra persona, estuve riéndome, bebiendo, disfrutando,... hasta bailamdo junto a todos ellos.
Ya 2 de la mañana estaba en el coche con Matías toda mareada
—Linda —abro los ojos— Ah no, te llamas Lucero —se ríe y me contagia— Nos van a agarrar los de tránsito
—A esta hora? No mames Mateo... —me quedo mirando al techo de la camioneta y me río— digo Matías
—Este es un hotelito. Nos vamos a matar si seguimos
—Wey. Estoy borracha, pero conciente —el me ayuda a bajar del auto— Si esa gente me ve mañana salgo en las noticias.
—Cuberete
Hago caso y así entramos directo a un cuarto pequeño y nadie supo quién era la mujer con la que venía él. En el cuarto milagrosamente había una botella de vino
—Que belleza nonono, quieres? Total ya no nos vamos a matar
—Yo digo que ya. El vino me trae problemas
—En donde? — abro la potella y tomo directamente de ella
A estas alturas cualquier bebida ya no me haría suspirar ni asquearme estaba muy tomada
—En las hormonas, me pongo como adolescente desesperado
Me siento en la cama casi atorada de la risa. Cualquier cosa me hacía reír y supongo que la mañana siguiente iba a tener una cruda espantosa
—No seas malo. Vente —extiendo una mano a él y yo soy la que termina de pie enfrente a él— Un poquito tú y uno yo
—Mejor yo digo que a dormir —se voltea y lo tomo del brazo para que vuelva a llegar hasta mi.
—A que le tienes miedo? —intento ver sus ojos pero la verdad no me resulta fácil por mi situación—
—A ti —lo miro, 3 segundos y ya estoy ahogada de la risa agachada agarrando su mano para no caerme—
—Me tienes miedo? —me pongo de pie y seria— Porqué me tienes miedo? —bebo de la botella—
—No se, eres bien cabrona —le doy la botella y el da un buen trago—
—Si. Pero tu me caes bien —vuelvo con la botella y el se quita su saco.
Veo sus gruesos brazos y paso inconsciente mi lengua por mis labios.
—Eso no quita que te guste la maldad en extremo —me río burlona— se quita la corbata que tenía y safa los primeros botones de su camisa
Dejándome ver un poco su pecho y carraspeo con la garganta dándome la vuelta y no verlo más. Aún tengo a Mijares desnudandose en mi cabeza y este ahora solamente liberándose de su incomodidad solo van a provocar una sola cosa
—Donde vas a dormir? —pregunto sin verlo bebiendo más —
—En ese sillón se ahí
Enserio va a dormir en un sillón teniéndome a mi en una cama, más pendejo no me puede salir. La botella increíblemente ya estaba con un poco de vino, entre sus grandes tragos y mis tragos ya se había llevado más de la mitad de este líquido.
—Mierda que excitada estoy —susurro al voltearme a Matías— Matías no vas a dormir en el sillón ese
—Ya Lucero Duermete
Cierro mis ojos y el mundo me daba vueltas. Lanzo la botella al suelo estrellándose en él y Matías me mira raro. Camino a él y de un tirón le arrancó la camisa descubriendo su pecho todo marcado.
—Que bueno estás —el se ríe y yo lo beso— Te me antojas horrible
—Estas mal yo tengo sueño
Lo hago caminar a la cama y lo dejo caer ahí. Apetecible, bajo mi vestido y logro ver como se acomoda en la cama. Libero de mis piernas los tacones y sobre él comienzo a posarme
—Me vas a utilizar como si fuese Manuel?
—Te aseguro que no tengo respuesta más obvia para tu pregunta. — bajo mi boca a su abdomen y reparto besos ahí
Un flashback llega a mi cabeza. Yo encima de Mijares besando todo su pecho, su abdomen. Sus manos impulsandome a besar de nuevo su boca y desnudarme así mismo estando completamente expuesta a el
Salgo de mi mente y yo estaba sentada en la esquina de la cama razonando lo poco que podía. No estaba tan tonta. Manuel no es una santa paloma. En mi cara se ha llevado varias mujeres a las cuales no se las llevó para jugar a las casitas precisamente.
No somos nada. El hace de todo y como quiere, pero sé que no es igual conmigo. Yo no voy a cambiar este aspecto de mi vida por solo un pensamiento abstracto.
—No te levantes!!! —Matías me mira confuso— Tu no mereces que te confunda con nadie.
—Desprocupate por eso
—Si quiero estar contigo.
Arrodillada en medio de la cama lo beso y caigo en el colchón con el encima de mi, besando mi cuello y desnudando nuestros cuerpos lentamente
🖤Capítulo #21🖤
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Aquella Noche 😈
FanficEn toda la ciudad el nombre de LUCERO resonaba en la Tele, periódicos, internet. Una mujer demasiado reconocida por la sociedad. Más reconocida de lo que quisiera, más de lo que ella supiera... La fama de autosuficiencia, prepotencia y egoísmo que d...