Aquella Noche 😈

XXIX...Nadie se va a quemar con fuego...XXIX

CAPÍTULO 29...
...

~LUCERO~

— Relájate, soy Pilar Mijares —extiende una mano hacia mi y solo la observo— Hermana de Manuel, él te trajo hasta acá

Suspiro fastidiada de que cada que sucede algo bueno o malo Manuel Mijares tenga que ver con todo. Coloco mis tacones en mis pies y cuando pienso abrir la puerta ella se pone enfrente

—No puedes irte —la miro confundida— Mi hermano me lo dejó terminantemente prohibido. Y Manuel molesto es de otra dimensión

—No quieras conocer a Lucero molesta entonces. Así que quítate de en medio y déjame pasar

—No vas a irte, te guste o no aquí te vas quedar.

—No me puedes obligar

—Por alguna razón Manuel si. Así que yo siendo tú, mejor lo espero —resoplo ante esto—

—Donde está?

—Fue a tu empresa, que tenían junta pero ya ha de estar al llegar se fue hace mucho tiempo

—Cuanto llevo aquí?

—Calcula tú solita. Son casi las 5 de la tarde

No puede ser!!! Llevo más de 6 horas aquí como es que llevo tanto!!! Y con que consentimiento Manuel me trajo hasta su casa.

—Manuel te cuenta todo?

—Que quieres saber?

—Como es que llegué a dar aquí?

—Eso lo has de saber tu. —nos quedamos en silencio— Tienes hambre? —asiento y salgo con ella hasta la cocina. Escucho la puerta cerrarse y aparece Manuel

—Lucero como te sientes?

—Que hago en tu casa, como es que llegué aquí?

Manuel mira a su hermana y colocando su mano en mi espalda baja nos dirigimos a una biblioteca.

—No se que te sucedió lo único que te puedo decir es que llegando a la empresa estaba saliendo Mariano —se queda en silencio, no obtiene palabra alguna de mi parte y continúa— Cuando voy a tu oficina se escuchaban ruidos de cosas estrellándose contra la pared y el piso. Cuando entré estabas...

¡¡¡Nooo!!!

Me regaño mentalmente <otra ves Lucero, la reina de las estúpidas soy> Manuel me vió mal, me vio en pleno ataque de ira, esto no me lo voy a perdonar nunca.

—Que hago aquí?

—Te desvanesiste en mis brazos. Me dijiste que no te llevara a tu casa ya que no querías que tu mamá te viera. Solo te traje aquí

—Para aprovecharte de mi.

—Lucero no todo en esta vida es sexo. Me encantas ok. —se me acerca— Te lo juro que si. Y lo que más deseo hace meses es volverte a hacer mía. Pero no estás bien, el estado en el que te encontré me lo dijo todo

—Yo estoy perfectamente bien

—No Lucero.

—A que le temes? A que te mate?

—A que te hagas daño tu misma

Vaya!!!, no esperé esto. Este hombre no coopera en hacer que se sienta mal

—No me hago daño estás loco!

—Mariano me dijo que no nos va a dejar tranquilos. Por alguna razón evidentemente piensa que somos amantes