Aquella Noche 😈

XXXIII...Incómoda...XXXIII

CAPÍTULO 33...
...

~LUCERO~

El miedo que recorrió por todo mi cuerpo estuvo apunto de hacerme morir a dos opciones.

¡Si de morir lo dije bien!

Mis dolores en el pecho eran estas malas vibras de que algo ocurriría y por otro lado la rapidez con la que estaba conduciendo.

El sólo imaginar que algo le ocurrió no sé porqué pero me hizo reaccionar de esta manera y en unos minutos llena de adrenalina y miedo llegué al hospital donde las enfermeras conociéndome me miraban

—Dónde esta el Señor Mijares?

—Su amante? —miro con rabia a la tipa—

—Me va a decir donde está o tengo que hacer yo su trabajo?

—En esa puerta de allí. La tercera

Voy allí y lo encuentro con una curita en la frente y un rasguño en su abdomen que salía sangre de ahí y le estaban poniendo una venda

—Este era el accidente? No mames Mijares yo ya te creía muriéndote

—Así te creía yo y de momento apareces como si nada

—Ah esto es una venganza

—No la neta no —se queja por el dolor del rasguño algo profundo en el abdomen y se coloca el saco— Un imbécil se me interpuso en el camino.

—Quien fue?

—Alguien que mandó tu ex Mariano.

—Porqué tan seguro —me cruzo de brazos—

—Me confesó que todas estas semanas me estuvo vigilando por sus órdenes

<¡Carajo Lucero por tu culpa!>

—Su coche se metió enfrente del mío yo bajé y me atacó por sorpresa, el cuchillo fue enterrado aquí. —apunta en su abdomen—

—No sabes esquivar un ataque o que?

—Fue de sorpresa no oyes?

—Bueno. Y donde esta él?

—Míralo allí —apunta a unas camas y veo a un tipo todo golpeado lleno de sangre y hago mueca de asco— Si fuese por mi ya estuviese muerto pero la policía llegó

—No manches ahora tienes líos con la policía?

—No. Desprocupate

—Eres un imbécil, cabrón, estúpido, idiota y tramposo. No tienes idea de lo nerviosa que estaba por tu culpa

—Te preocupaste por mi?

—No —niego y el se ríe— Que te causa tanta gracia?

—Lo mala mentirosa que eres. Bueno me llevas a mi casa?

—Y tu coche?

—Algo roto por el choque

—Bueno vamos.

Salimos juntos y los cuchicheos de las enfermeras se hacen de momento, los ignoro y subimos al auto. Unos minutos después y el rompe el silencio

—Dónde estabas?

—No es cosa tuya

—Por lo visto de nadie —lo observo—  Porqué te desapareces sin avisar y apareces igual?

—Porque no le debo explicaciones a la gente

—Al menos a tu madre

—A nadie Manuel —volteo a la carretera—